Grandes desigualdades sociales en las oportunidades de socialización más allá de la escuela
La equitativa distribución de “oportunidades de socialización” continúa siendo una deuda con los niños, niñas y adolescentes. Ya se pudo evidenciar en el boletín número 1, que el acceso y permanencia en una educación de calidad está marcada por profundas diferencias económicas, sociales y culturales. Enfocar la mirada en otros espacios y prácticas educadoras más allá de la escuela, posibilita hacer visible y analizar la complejidad de las potencialidades educativas del entorno. En tanto, se sostiene que las prácticas sociales y culturales que niños y niñas vivencian más allá de la escuela tienen un carácter educador que influye en sus oportunidades educativas. Durante los primeros años de vida los niños en condiciones de pobreza tienen menos oportunidades de participar de “practicas sociales” como el “festejo de un cumpleaños”, o “la lectura de cuentos”. Cuando crecen el espacio barrial se convierte en un espacio de construcción de vínculos y amistades, mientras que entre los chicos de sectores medios suele ser la escuela. Los barrios de los chicos pobres son también pobres en infraestructura para la recreación, el deporte, la cultura; a lo que se suman problemas como el de las drogas y la inseguridad -que desde la perspectiva de los padres- forman parte de la vida de muchos barrios; y coadyuvan a “vulnerar” el derecho de los niños y adolescentes a participar de la vida cultural, recreativa y de esparcimiento en su comunidad.
Main Author: | |
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Format: | Documento de trabajo biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Pontificia Universidad Católica Argentina. Observatorio de la Deuda Social Argentina
2009
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Subjects: | DESIGUALDAD SOCIAL, SOCIALIZACION, PROBLEMAS SOCIALES, NIÑEZ, ADOLESCENCIA, DESIGUALDAD ECONOMICA, POBREZA, CALIDAD DE VIDA, DERECHOS DEL NIÑO, ESTADISTICAS, |
Online Access: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/8284 |
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Summary: | La equitativa distribución de “oportunidades de socialización” continúa siendo una deuda con los niños, niñas y adolescentes. Ya se pudo evidenciar en el boletín número 1, que el acceso y permanencia en una educación de calidad está marcada por profundas diferencias económicas, sociales y culturales. Enfocar la mirada en otros espacios y prácticas educadoras más allá de la escuela, posibilita hacer visible y analizar la complejidad de las potencialidades educativas del entorno. En tanto, se sostiene que las prácticas sociales y culturales que niños y niñas vivencian más allá de la escuela tienen un carácter educador que influye en sus oportunidades educativas. Durante los primeros años de vida los niños en condiciones de pobreza tienen menos oportunidades de participar de “practicas sociales” como el “festejo de un cumpleaños”, o “la lectura de cuentos”. Cuando crecen el espacio barrial se convierte en un espacio de construcción de vínculos y amistades, mientras que entre los chicos de sectores medios suele ser la escuela. Los barrios de los chicos pobres son también pobres en infraestructura para la recreación, el deporte, la cultura; a lo que se suman problemas como el de las drogas y la inseguridad -que desde la perspectiva de los padres- forman parte de la vida de muchos barrios; y coadyuvan a “vulnerar” el derecho de los niños y adolescentes a participar de la vida cultural, recreativa y de esparcimiento en su comunidad. |
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