La política monetaria y financiera : Argentina frente a la crisis

Resumen: La irrupción de la crisis financiera internacional a partir de mediados de 2007 junto a una serie de cuestiones de orden doméstico determinó la existencia de cuatro shocks que operaron sobre la economía argentina en un lapso de dos años. Cada uno de ellos se reflejó en la volatilidad que mostraron los flujos de capital y los indicadores de riesgo soberano. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en otras oportunidades a lo largo de la historia económica argentina, el sistema monetario-financiero no fue un factor propagador de inestabilidad. El tipo de cambio acompaña las tendencias regionales sin disrupciones, los depósitos se mantuvieron estables, el balance del Banco Central se mantuvo sólido, no hubo un colapso del crédito, no se observaron cierres de instituciones financieras, no hubo una devaluación desordenada de la moneda ni ruptura de contratos. El enfoque de administración de riesgos del Banco Central basado en cuatro pilares (convergencia entre la oferta y la demanda de dinero; régimen cambiario de flotación administrada; generación de redes de liquidez; y regulación y supervisión bancaria para reducir su exposición a riesgos) fue el factor determinante para permitir que la economía doméstica atravesara una de las mayores crisis internacionales sin impactos severos sobre la economía local.

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Bibliographic Details
Main Author: Redrado, Martín
Format: Documento de trabajo biblioteca
Language:spa
spa
Published: Universidad Católica Argentina. Facultad de Ciencias Económicas 2010
Subjects:POLITICA MONETARIA, POLITICA FINANCIERA, TIPO DE CAMBIO, CRISIS ECONOMICA, BANCO CENTRAL, MERCADOS EMERGENTES,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/2416
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Summary:Resumen: La irrupción de la crisis financiera internacional a partir de mediados de 2007 junto a una serie de cuestiones de orden doméstico determinó la existencia de cuatro shocks que operaron sobre la economía argentina en un lapso de dos años. Cada uno de ellos se reflejó en la volatilidad que mostraron los flujos de capital y los indicadores de riesgo soberano. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en otras oportunidades a lo largo de la historia económica argentina, el sistema monetario-financiero no fue un factor propagador de inestabilidad. El tipo de cambio acompaña las tendencias regionales sin disrupciones, los depósitos se mantuvieron estables, el balance del Banco Central se mantuvo sólido, no hubo un colapso del crédito, no se observaron cierres de instituciones financieras, no hubo una devaluación desordenada de la moneda ni ruptura de contratos. El enfoque de administración de riesgos del Banco Central basado en cuatro pilares (convergencia entre la oferta y la demanda de dinero; régimen cambiario de flotación administrada; generación de redes de liquidez; y regulación y supervisión bancaria para reducir su exposición a riesgos) fue el factor determinante para permitir que la economía doméstica atravesara una de las mayores crisis internacionales sin impactos severos sobre la economía local.