La articulación política de las lógicas del mercado, del estado y de la sociedad civil

. Introducción: el capitalismo actual y el paradigma relacional de la economía civil La situación actual de la economía capitalista se caracteriza, en un extremo de la sociedad, por una carrera ciega hacia la acumulación de capital –especialmente el financiero– y un consumismo a corto plazo. En el otro extremo hay falta de capital, escasez de empleo y necesidades básicas insatisfechas2. Las crisis financieras, sociales y políticas de los últimos años han demostrado la fragilidad de este esquema3 . Desde el punto de vista del paradigma de la economía civil, la causa principal de esta fragilidad radica en el tipo de relaciones sociales que rodean y penetran la economía. Cuando las relaciones sociales son unidimensionales, débiles y de poco alcance, los agentes económicos tienden a concentrarse en la máxima reproducción del capital o en un uso a corto plazo del mismo. Por el contrario, cuando las relaciones sociales son multidimensionales, fuertes y amplias, el inversionista individual, el trabajador o el consumidor tienden a ensanchar su cálculo económico. Mientras que según la economía convencional los agentes económicos se centran siempre en su maximización de la utilidad, los experimentos conductuales y también la experiencia práctica demuestran que las decisiones estrictamente monetarias se combinan la mayoría de las veces con muchos otros motivos además del dinero4 . Así, en el paradigma de la economía civil, el cálculo económico se subordina a una racionalidad relacional más rica y más amplia, que modifica profundamente sus prioridades. La clave del paradigma de la economía civil es la categoría de relación basada, a su vez, en la idea de persona. Si bien el mercado, las empresas y el Estado, e incluso la sociedad en general, pueden ser vistos como sistemas que operan de acuerdo con la lógica de adaptación funcional5 , también son, en última instancia, espacios relacionales donde los individuos se reconocen como personas6 . Este proceso de reconocimiento mutuo no es un complemento extrínseco de los sistemas económicos o políticos, sino que es fundamental para su correcto funcionamiento7 . Esta cuestión nos lleva directamente al centro mismo del debate de las ciencias sociales contemporáneas. Mientras que gran parte de la discusión actual se divide entre los partidarios de las opiniones estructuralistas e individualistas de la sociedad, la economía civil apela a una tercera concepción “relacional”... .

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Bibliographic Details
Main Author: Hoevel, Carlos
Format: Parte de libro biblioteca
Language:spa
Published: Editorial de la Universidad Católica de Córdoba 2018
Subjects:ECONOMIA CIVIL, BIEN COMUN, SOCIEDAD, ESTADO, MERCADO, NEOLIBERALISMO, PARTICIPACION POLITICA,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/15491
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Description
Summary:. Introducción: el capitalismo actual y el paradigma relacional de la economía civil La situación actual de la economía capitalista se caracteriza, en un extremo de la sociedad, por una carrera ciega hacia la acumulación de capital –especialmente el financiero– y un consumismo a corto plazo. En el otro extremo hay falta de capital, escasez de empleo y necesidades básicas insatisfechas2. Las crisis financieras, sociales y políticas de los últimos años han demostrado la fragilidad de este esquema3 . Desde el punto de vista del paradigma de la economía civil, la causa principal de esta fragilidad radica en el tipo de relaciones sociales que rodean y penetran la economía. Cuando las relaciones sociales son unidimensionales, débiles y de poco alcance, los agentes económicos tienden a concentrarse en la máxima reproducción del capital o en un uso a corto plazo del mismo. Por el contrario, cuando las relaciones sociales son multidimensionales, fuertes y amplias, el inversionista individual, el trabajador o el consumidor tienden a ensanchar su cálculo económico. Mientras que según la economía convencional los agentes económicos se centran siempre en su maximización de la utilidad, los experimentos conductuales y también la experiencia práctica demuestran que las decisiones estrictamente monetarias se combinan la mayoría de las veces con muchos otros motivos además del dinero4 . Así, en el paradigma de la economía civil, el cálculo económico se subordina a una racionalidad relacional más rica y más amplia, que modifica profundamente sus prioridades. La clave del paradigma de la economía civil es la categoría de relación basada, a su vez, en la idea de persona. Si bien el mercado, las empresas y el Estado, e incluso la sociedad en general, pueden ser vistos como sistemas que operan de acuerdo con la lógica de adaptación funcional5 , también son, en última instancia, espacios relacionales donde los individuos se reconocen como personas6 . Este proceso de reconocimiento mutuo no es un complemento extrínseco de los sistemas económicos o políticos, sino que es fundamental para su correcto funcionamiento7 . Esta cuestión nos lleva directamente al centro mismo del debate de las ciencias sociales contemporáneas. Mientras que gran parte de la discusión actual se divide entre los partidarios de las opiniones estructuralistas e individualistas de la sociedad, la economía civil apela a una tercera concepción “relacional”... .