Adolfo Muñoz Alonso, Metábasis evangélicas, Editorial Dirosa, Barcelona, 1974, 179 pp

Resumen: En su acepción más amplia y general, un texto es un hecho lingüístico, un objeto construido con palabras. Cada una de esas palabras posee un núcleo de significación, pero no basta entenderlas una por una para comprender el sentido del texto. Mientras cada una de las unidades significantes no aparezca funcionalmente referida al texto en su totalidad, mientras no se perciba el texto como una unidad sintética, su sentido seguirá siendo un enigma. Esto se hace más evidente aún, cuando se trata de comprender un texto novedoso o difícil. El lector no se encuentra totalmente desposeído frente a él, siempre que posea un conocimiento de la lengua en que el texto está escrito. Apoyado en ese conocimiento, puede afrontar una primera lectura. En esa primera aproximación, no tiene otro recurso que asignar a las palabras su significado común. Pero poco a poco, por una inversión casi insensible, comienza a percibir que muchas de las palabras empleadas en el texto no están revestidas de su acepción ordinaria, sino que han recibido un significado nuevo o poseen, por lo menos, un matiz semántico peculiar. A partir de ese descubrimiento, el texto comienza a hacerse inteligible y el lector se va apropiando progresivamente de su sentido. Este hecho, aparentemente banal, cobra particular relevancia cuando el texto que se lee es el Evangelio. Ante la necesidad de expresar su fe en Jesucristo, los primeros cristianos recurrieron espontáneamente al lenguaje que hablaban los destinatarios del mensaje evangélico: fe, esperanza, amor, reconciliación, redención, salvación, eran palabras empleadas por los griegos antes de ser incorporadas a la terminología del Nuevo Testamento. Incluso la palabra Cristo, en su acepción original griega, significaba simplemente "ungido". Pero el uso cristiano de esos términos modificó profundamente su significado común y le asignó nuevos valores. Es decir, produjo una metábasis.

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Bibliographic Details
Main Author: Levoratti, Armando J.
Format: Reseña libro biblioteca
Language:spa
Published: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 1976
Subjects:SIGNIFICACION, LINGÜISTICA, PALABRAS, EVANGELIO, RESEÑAS,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/15473
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Description
Summary:Resumen: En su acepción más amplia y general, un texto es un hecho lingüístico, un objeto construido con palabras. Cada una de esas palabras posee un núcleo de significación, pero no basta entenderlas una por una para comprender el sentido del texto. Mientras cada una de las unidades significantes no aparezca funcionalmente referida al texto en su totalidad, mientras no se perciba el texto como una unidad sintética, su sentido seguirá siendo un enigma. Esto se hace más evidente aún, cuando se trata de comprender un texto novedoso o difícil. El lector no se encuentra totalmente desposeído frente a él, siempre que posea un conocimiento de la lengua en que el texto está escrito. Apoyado en ese conocimiento, puede afrontar una primera lectura. En esa primera aproximación, no tiene otro recurso que asignar a las palabras su significado común. Pero poco a poco, por una inversión casi insensible, comienza a percibir que muchas de las palabras empleadas en el texto no están revestidas de su acepción ordinaria, sino que han recibido un significado nuevo o poseen, por lo menos, un matiz semántico peculiar. A partir de ese descubrimiento, el texto comienza a hacerse inteligible y el lector se va apropiando progresivamente de su sentido. Este hecho, aparentemente banal, cobra particular relevancia cuando el texto que se lee es el Evangelio. Ante la necesidad de expresar su fe en Jesucristo, los primeros cristianos recurrieron espontáneamente al lenguaje que hablaban los destinatarios del mensaje evangélico: fe, esperanza, amor, reconciliación, redención, salvación, eran palabras empleadas por los griegos antes de ser incorporadas a la terminología del Nuevo Testamento. Incluso la palabra Cristo, en su acepción original griega, significaba simplemente "ungido". Pero el uso cristiano de esos términos modificó profundamente su significado común y le asignó nuevos valores. Es decir, produjo una metábasis.