La vida política como instancia perfectiva del hombre

Resumen: La oposición entre ética y política, propia del pensamiento moderno, ha llevado a interpretar la convivencia social como un puro fenómeno de fuerza y dominación, fundado en la sola voluntad de los individuos y ajeno cuando no contrario al perfeccionamiento humano. Si bien El príncipe de Maquiavelo aparece como referencia histórica de esa dicotomía, quien la ha expuesto con caracteres propios de nuestro tiempo ha sido a mi entender Max Weber. En su conferencia "Politik als Beruf" dice que aquel que desea la salvación del alma, no debiera intentar conseguirla por la vía política, pues los actos propios de ella solo pueden llevarse a cabo mediante la fuerza, ya que en definitiva el Estado, tal como lo explicara Trosky, no es más que una relación de hombres que dominan a otros por medio de la violencia legitimada.' También el pensamiento pactista supone como verdadero este principio, que desarrolla a través de las nociones de "estado de naturaleza" y "contrato social", expuesto tanto en las obras de Hobbes 2 o Rousseau,3 cuanto en sus análisis actuales. Así, mientras Hans Kelsen señala que es la misma naturaleza humana la que en su ansia de libertad se subleva contra la sociedad, Nozick plantea que solo puede resultar legítimo un "estado mínimo", semejante a una agencia de protección de individuos en un territorio.

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Bibliographic Details
Main Author: Yacobucci, Guillermo Jorge
Format: Artículo biblioteca
Language:spa
Published: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 1994
Subjects:FILOSOFIA POLITICA, ETICA POLITICA, VIDA POLITICA, SOCIABILIDAD, ETICA, Aristóteles, 384-322 a.C., Tomás de Aquino, Santo, 1225?-1274,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/12989
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Summary:Resumen: La oposición entre ética y política, propia del pensamiento moderno, ha llevado a interpretar la convivencia social como un puro fenómeno de fuerza y dominación, fundado en la sola voluntad de los individuos y ajeno cuando no contrario al perfeccionamiento humano. Si bien El príncipe de Maquiavelo aparece como referencia histórica de esa dicotomía, quien la ha expuesto con caracteres propios de nuestro tiempo ha sido a mi entender Max Weber. En su conferencia "Politik als Beruf" dice que aquel que desea la salvación del alma, no debiera intentar conseguirla por la vía política, pues los actos propios de ella solo pueden llevarse a cabo mediante la fuerza, ya que en definitiva el Estado, tal como lo explicara Trosky, no es más que una relación de hombres que dominan a otros por medio de la violencia legitimada.' También el pensamiento pactista supone como verdadero este principio, que desarrolla a través de las nociones de "estado de naturaleza" y "contrato social", expuesto tanto en las obras de Hobbes 2 o Rousseau,3 cuanto en sus análisis actuales. Así, mientras Hans Kelsen señala que es la misma naturaleza humana la que en su ansia de libertad se subleva contra la sociedad, Nozick plantea que solo puede resultar legítimo un "estado mínimo", semejante a una agencia de protección de individuos en un territorio.