Oteando el futuro

Las tercas realidades, señala el autor, acaban por imponerse a las construcciones sobrecargadas de ideología. La crisis financiera global ha puesto en entredicho el canon neoliberal y la forma de concebir a la globalización. Reconoce la ausencia de consenso entre los gobiernos y los especialistas sobre los cambios paradigmáticos que debieran implantarse como consecuencia de la crisis financiera global y sobre las salidas a la primera recesión de alcance planetario. Advierte que es posible inferir el sentido general de las mudanzas actualmente en gestación, pues el Estado mínimo deja de ser aspiración viable o razonable en términos económicos y políticos y anticipa un nuevo acomodo entre las sociedades y el mercado que llevará consigo oleadas de innovación institucional. La crisis tiene numerosas aristas y afecta a múltiples dimensiones de la vida social sobre todo en países cuya recuperación por fuerza seguirá con rezago a la del Primer Mundo. La dimensión económica exigiría desde la revisión de los paradigmas y modelos que alimentan a las políticas públicas, desde el diseño de políticas industriales, hasta la instrumentación de acciones contracíclicas que reduzcan los efectos nocivos de la depresión. Ya no cabe la división neoliberal de las funciones entre el Estado y el mercado. El intervencionismo gubernamental por necesidad ineludible pasará a ser característica más o menos permanente.

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Bibliographic Details
Main Author: Ibarra,David
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Económicas 2009
Online Access:http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-952X2009000300002
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Summary:Las tercas realidades, señala el autor, acaban por imponerse a las construcciones sobrecargadas de ideología. La crisis financiera global ha puesto en entredicho el canon neoliberal y la forma de concebir a la globalización. Reconoce la ausencia de consenso entre los gobiernos y los especialistas sobre los cambios paradigmáticos que debieran implantarse como consecuencia de la crisis financiera global y sobre las salidas a la primera recesión de alcance planetario. Advierte que es posible inferir el sentido general de las mudanzas actualmente en gestación, pues el Estado mínimo deja de ser aspiración viable o razonable en términos económicos y políticos y anticipa un nuevo acomodo entre las sociedades y el mercado que llevará consigo oleadas de innovación institucional. La crisis tiene numerosas aristas y afecta a múltiples dimensiones de la vida social sobre todo en países cuya recuperación por fuerza seguirá con rezago a la del Primer Mundo. La dimensión económica exigiría desde la revisión de los paradigmas y modelos que alimentan a las políticas públicas, desde el diseño de políticas industriales, hasta la instrumentación de acciones contracíclicas que reduzcan los efectos nocivos de la depresión. Ya no cabe la división neoliberal de las funciones entre el Estado y el mercado. El intervencionismo gubernamental por necesidad ineludible pasará a ser característica más o menos permanente.