Reducir la secuela en una quemadura doméstica

En la actualidad y en nuestro medio, las quemaduras domésticas son una de las lesiones más habituales, y en las que mejor podemos iniciar un programa de prevención progresivo. Las más comunes son las escaldaduras -debido al contacto accidental con líquidos o gases calientes- y las producidas por la acción directa de las llamas. Las consecuencias van desde el dolor, la deshidratación, las secuelas físicas con repercusiones psíquicas hasta, en ocasiones, la muerte. Ante un paciente con quemaduras es prioritario y esencial llevar a cabo una minuciosa y adecuada valoración inicial que incluya: grado de la lesión (profundidad), extensión (porcentaje de superficie corporal total quemada), zona anatómica afectada y estado general del paciente (edad, estado inmunológico, nutricional, respiratorio, circulatorio, etc.), para así poder planificar los cuidados adecuados. En el presente trabajo describimos el caso de una mujer de 62 años que sufre quemaduras de primer grado y segundo grado superficial y profundo en cuello, ambas mamas y abdomen mientras manipulaba una olla a presión, con una extensión de un 6% de SCTA (Superficie Corporal Total Afectada). Se expone todo el proceso de valoración de la paciente y su correspondiente plan de cuidados, detallando los distintos tratamientos locales en función de la evolución de las lesiones, así como las medidas preventivas para minimizar las posibles complicaciones físicas y psíquicas derivadas de la aparición de cicatrices hipertróficas.

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Bibliographic Details
Main Authors: García González,R. Fernando, Gago Fornells,Manuel, Rodríguez Palma,Manuel, Gaztelu Valdés,Victoriana, García Collantes,Mª Ángeles, Rodríguez,José Carlos
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica 2008
Online Access:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2008000100007
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Summary:En la actualidad y en nuestro medio, las quemaduras domésticas son una de las lesiones más habituales, y en las que mejor podemos iniciar un programa de prevención progresivo. Las más comunes son las escaldaduras -debido al contacto accidental con líquidos o gases calientes- y las producidas por la acción directa de las llamas. Las consecuencias van desde el dolor, la deshidratación, las secuelas físicas con repercusiones psíquicas hasta, en ocasiones, la muerte. Ante un paciente con quemaduras es prioritario y esencial llevar a cabo una minuciosa y adecuada valoración inicial que incluya: grado de la lesión (profundidad), extensión (porcentaje de superficie corporal total quemada), zona anatómica afectada y estado general del paciente (edad, estado inmunológico, nutricional, respiratorio, circulatorio, etc.), para así poder planificar los cuidados adecuados. En el presente trabajo describimos el caso de una mujer de 62 años que sufre quemaduras de primer grado y segundo grado superficial y profundo en cuello, ambas mamas y abdomen mientras manipulaba una olla a presión, con una extensión de un 6% de SCTA (Superficie Corporal Total Afectada). Se expone todo el proceso de valoración de la paciente y su correspondiente plan de cuidados, detallando los distintos tratamientos locales en función de la evolución de las lesiones, así como las medidas preventivas para minimizar las posibles complicaciones físicas y psíquicas derivadas de la aparición de cicatrices hipertróficas.