Nevus melanocítico intradérmico congénito gigante. "El niño tortuga (testudines)": Caso clínico
Presentamos el caso de un paciente de 2 años de edad, conocido en su pueblo, como "el niño tortuga (testudines)" debido a la gran similitud con dicho reptil. Desde su nacimiento presentó nevus melanocítico gigante localizado en región torácica posterior, región lumbosacra y lesiones satélites en extremidades y abdomen, de 50 por 40cm de diámetro y color café oscuro; la piel en las zonas afectadas es gruesa con grandes surcos de aspecto corrugado (cerebriforme). El nombre dado al niño se basa en la similitud de sus lesiones con la morfología de una tortuga, ya que el caparazón cubre la zona superior, inferior y lateral del cuerpo de este animal, de la misma forma que el nevus gigante lo hacía en el caso de nuestro paciente. Este caparazón está formado por placas óseas revestidas de placas corneas, que se asemejan a los surcos de aspecto corrugado que conforman el nevus melanocítico gigante. Los estudios clínicos practicados revelaron compromiso cardiovascular, hepático y esplénico, así como una desfavorable evolución y pronostico del cuadro clínico, por lo que esta patología, específicamente para este niño y de acuerdo a la junta Médico-Quirúrgica y valoraciones, fue considerada inoperable.
Main Authors: | , , , |
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Format: | Digital revista |
Language: | Spanish / Castilian |
Published: |
Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE)
2009
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Online Access: | http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0376-78922009000300011 |
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Summary: | Presentamos el caso de un paciente de 2 años de edad, conocido en su pueblo, como "el niño tortuga (testudines)" debido a la gran similitud con dicho reptil. Desde su nacimiento presentó nevus melanocítico gigante localizado en región torácica posterior, región lumbosacra y lesiones satélites en extremidades y abdomen, de 50 por 40cm de diámetro y color café oscuro; la piel en las zonas afectadas es gruesa con grandes surcos de aspecto corrugado (cerebriforme). El nombre dado al niño se basa en la similitud de sus lesiones con la morfología de una tortuga, ya que el caparazón cubre la zona superior, inferior y lateral del cuerpo de este animal, de la misma forma que el nevus gigante lo hacía en el caso de nuestro paciente. Este caparazón está formado por placas óseas revestidas de placas corneas, que se asemejan a los surcos de aspecto corrugado que conforman el nevus melanocítico gigante. Los estudios clínicos practicados revelaron compromiso cardiovascular, hepático y esplénico, así como una desfavorable evolución y pronostico del cuadro clínico, por lo que esta patología, específicamente para este niño y de acuerdo a la junta Médico-Quirúrgica y valoraciones, fue considerada inoperable. |
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