Síndrome de Lemierre y Mycoplasma pneumoniae

Se ha sugerido que una infección faríngea previa viral o bacteriana puede favorecer el desarrollo del síndrome de Lemierre, una entidad hoy en día poco frecuente. Se describe un caso de síndrome de Lemierre en el que coexiste una infección por Mycoplasma pneumoniae, hecho comunicado en la literatura sólo en otros 2 casos. Se trata de una adolescente de 16 años con tromboflebitis yugular izquierda, bacteriemia por Fusobacterium necrophorum y émbolos sépticos en pulmón, que requirió ventilación mecánica por insuficiencia respiratoria grave. A pesar del tratamiento precoz con penicilina G y clindamicina, persistió la fiebre y parte de la afectación pulmonar hasta la introducción, tras la confirmación serológica de infección por M. pneumoniae, de un antibiótico activo frente a este patógeno. Los clínicos debemos saber reconocer fácilmente esta enfermedad porque su presentación clínica es muy característica, y debemos considerar la posibilidad de coinfección con otros microorganismos, incluido M. pneumoniae.

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Bibliographic Details
Main Authors: Rivero Marcotegui,M., Sánchez Rodríguez,C., Cabal Soto,S., Aizcorbe Garralda,M.
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Arán Ediciones, S. L. 2005
Online Access:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-71992005001100010
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Summary:Se ha sugerido que una infección faríngea previa viral o bacteriana puede favorecer el desarrollo del síndrome de Lemierre, una entidad hoy en día poco frecuente. Se describe un caso de síndrome de Lemierre en el que coexiste una infección por Mycoplasma pneumoniae, hecho comunicado en la literatura sólo en otros 2 casos. Se trata de una adolescente de 16 años con tromboflebitis yugular izquierda, bacteriemia por Fusobacterium necrophorum y émbolos sépticos en pulmón, que requirió ventilación mecánica por insuficiencia respiratoria grave. A pesar del tratamiento precoz con penicilina G y clindamicina, persistió la fiebre y parte de la afectación pulmonar hasta la introducción, tras la confirmación serológica de infección por M. pneumoniae, de un antibiótico activo frente a este patógeno. Los clínicos debemos saber reconocer fácilmente esta enfermedad porque su presentación clínica es muy característica, y debemos considerar la posibilidad de coinfección con otros microorganismos, incluido M. pneumoniae.