La salvación sin mediaciones según Marción y la respuesta de Tertuliano

Marción profesa un severo pesimismo cosmológico y antropológico, que tiene su punto de partida en la pregunta acerca del origen del mal y en una comprensión literal de algunos versículos bíblicos. Esta valoración repercute en una valoración también negativa del Creador (confirmada por la imperfección del mundo y el pecado del hombre). El Dios Verdadero, por su parte es totalmente extranjero respecto del hombre y del mundo. Este carácter extranjero, propio del Dios Supremo, impide que este se valga de las realidades creadas para revelarse. El mundo es adversario del Dios Bueno. Por lo tanto, ninguna realidad creada puede servir de mediación entre el alma del hombre y el Verdadero Dios: se plantea una salvación sin mediaciones. La última parte del artículo estudia sumariamente la reacción de Tertuliano, que insiste en una justa valoración de las realidades creadas: hay que admitir, a la vez, una cierta distancia y una cierta familiaridad entre Dios y el mundo.

Saved in:
Bibliographic Details
Main Author: Fernández E.,Samuel
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Teología 2001
Online Access:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492001000100004
Tags: Add Tag
No Tags, Be the first to tag this record!
Description
Summary:Marción profesa un severo pesimismo cosmológico y antropológico, que tiene su punto de partida en la pregunta acerca del origen del mal y en una comprensión literal de algunos versículos bíblicos. Esta valoración repercute en una valoración también negativa del Creador (confirmada por la imperfección del mundo y el pecado del hombre). El Dios Verdadero, por su parte es totalmente extranjero respecto del hombre y del mundo. Este carácter extranjero, propio del Dios Supremo, impide que este se valga de las realidades creadas para revelarse. El mundo es adversario del Dios Bueno. Por lo tanto, ninguna realidad creada puede servir de mediación entre el alma del hombre y el Verdadero Dios: se plantea una salvación sin mediaciones. La última parte del artículo estudia sumariamente la reacción de Tertuliano, que insiste en una justa valoración de las realidades creadas: hay que admitir, a la vez, una cierta distancia y una cierta familiaridad entre Dios y el mundo.