Resultados a largo plazo del trasplante renal de donante vivo: supervivencia de injerto y receptor

Los resultados en la supervivencia del injerto y del paciente en el trasplante renal de donante vivo son superiores a los obtenidos en el trasplante renal de donante cadáver. En España, el trasplante renal de vivo apenas supone el 1% de la actividad total frente al 60% en Estados Unidos. De acuerdo con la literatura, la experiencia de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clinic de Barcelona ha demostrado una mejor supervivencia de injerto y receptor en el grupo de receptores de injertos de donante vivo. El análisis de 184 trasplantes renales de donante vivo y 1678 trasplantes renales de donante cadáver realizados entre los años 1978 y 2002 mostró que la supervivencia del injerto fue superior en el grupo de donante vivo (p<0.01). A su vez, la supervivencia del injerto resultó claramente mejor en los receptores de un injerto de donante vivo HLA idéntico (n=38) en comparación con los receptores de un injerto HLA haploidéntico (n=142) (p<0.05). La introducción de más y mejores fármacos inmunosupresores, así como un mejor manejo diagnóstico y terapéutico del rechazo agudo, la profilaxis infecciosa y el control de las complicaciones han contribuido a una mejoría en los resultados del trasplante. Asimismo, con el paso de los años se ha ido reduciendo de forma considerable la incidencia de rechazo agudo. Entre los años 1978 y 1983 la ausencia de rechazo agudo fue del 45,1%, entre los años 1984 y 1998 del 57,3%, y del 84,7% entre los años 1999 y 2003. En conclusión, estos resultados demuestran una mejor supervivencia de los injertos y receptores de trasplante renal de donante vivo en comparación con los receptores de donante cadáver, así como el bajo riesgo que supone para el donante, deben incentivar a las autoridades, a los profesionales y a los pacientes a promocionar esta alternativa terapéutica mediante una información adecuada con mayor difusión. El trasplante renal de donante vivo debe contribuir junto con el trasplante de cadáver, puesto que no son opciones excluyentes, a paliar nuestras largas listas de espera..

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Bibliographic Details
Main Authors: Crespo Barrio,Marta, Esforzado Armengol,Nuria, Ricart Brulles,Maria José, Oppenheimer Salinas,Federico
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: INIESTARES, S.A. 2005
Online Access:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06142005000600011
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Summary:Los resultados en la supervivencia del injerto y del paciente en el trasplante renal de donante vivo son superiores a los obtenidos en el trasplante renal de donante cadáver. En España, el trasplante renal de vivo apenas supone el 1% de la actividad total frente al 60% en Estados Unidos. De acuerdo con la literatura, la experiencia de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clinic de Barcelona ha demostrado una mejor supervivencia de injerto y receptor en el grupo de receptores de injertos de donante vivo. El análisis de 184 trasplantes renales de donante vivo y 1678 trasplantes renales de donante cadáver realizados entre los años 1978 y 2002 mostró que la supervivencia del injerto fue superior en el grupo de donante vivo (p<0.01). A su vez, la supervivencia del injerto resultó claramente mejor en los receptores de un injerto de donante vivo HLA idéntico (n=38) en comparación con los receptores de un injerto HLA haploidéntico (n=142) (p<0.05). La introducción de más y mejores fármacos inmunosupresores, así como un mejor manejo diagnóstico y terapéutico del rechazo agudo, la profilaxis infecciosa y el control de las complicaciones han contribuido a una mejoría en los resultados del trasplante. Asimismo, con el paso de los años se ha ido reduciendo de forma considerable la incidencia de rechazo agudo. Entre los años 1978 y 1983 la ausencia de rechazo agudo fue del 45,1%, entre los años 1984 y 1998 del 57,3%, y del 84,7% entre los años 1999 y 2003. En conclusión, estos resultados demuestran una mejor supervivencia de los injertos y receptores de trasplante renal de donante vivo en comparación con los receptores de donante cadáver, así como el bajo riesgo que supone para el donante, deben incentivar a las autoridades, a los profesionales y a los pacientes a promocionar esta alternativa terapéutica mediante una información adecuada con mayor difusión. El trasplante renal de donante vivo debe contribuir junto con el trasplante de cadáver, puesto que no son opciones excluyentes, a paliar nuestras largas listas de espera..