Deforestación de los bosques nativos de Argentina: causas, impactos y propuestas de desarrollo alternativas

En el marco de la Ley Nacional Nº 26.331 Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, se entiende a bosque nativo a todos los ecosistemas forestales naturales en distinto estado de desarrollo, de origen primario o secundario, que presentan una cobertura arbórea de especies nativas mayor o igual al 20% con árboles que alcanzan una altura mínima de 3 metros y una ocupación continua mayor a 0,5 ha, incluyendo palmares. A partir de esta definición, todas las provincias del país presentaron sus Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos (OTBN), incorporando, además, otros criterios indicados en la normativa. Así, nuestro país cuenta con 53.654.545 de hectáreas de bosque nativo acreditados en el OTBN o 536.545 km² distribuidos en las 23 provincias, y representa el 19,2% de la superficie continental del país. En Argentina, las provincias con mayor superficie de bosque nativo son Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa correspondientes al Parque Chaqueño o Región Chaqueña (Figura 1). El marco conceptual respecto al manejo sostenible de los bosques nativos de la Argentina y su silvicultura parte de una concepción no dicotómica de las relaciones entre las sociedades y los ecosistemas, lo cual determina un socio-ecosistema compuesto por un sub-sistema biofísico en el cual se ubica el bosque nativo y los procesos naturales que permiten la provisión de los servicios ecosistémicos, un sub-sistema económico-productivo el cual se rige por el sistema económico dominante en un momento determinado y que determina las políticas públicas, y un sub-sistema socio-político-cultural que refleja el arreglo y funcionamiento institucional, las políticas públicas, la organización social de una empresa forestal o familias que aprovechan el bosque nativo desde una dinámica cultural particular. El Congreso de la Nación Argentina sancionó en 2007 la Ley N° 26.331 de “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos”, se reglamentó y comenzó a implementarse en 2009. La ley reconoce la multifuncionalidad del bosque nativo y los servicios ambientales con una visión integrada. Estos servicios ambientales tienen la característica de ser comunitarios, es decir, que su beneficio es a la sociedad toda. Los seis servicios ambientales que los bosques nativos brindan, y que la ley reconoce, son: 1. Regulación hídrica, 2. Conservación de la biodiversidad, 3. Conservación del suelo y de calidad del agua, 4. Fijación de Carbono, 5. Contribución a la diversificación y belleza del paisaje, 6. Defensa de la identidad cultural. A partir de la aplicación de la ley, todas las provincias resolvieron con diferentes grados de participación sus OTBN y la ejecución de los fondos. El contexto político nacional cambió a partir del año 2016 en aspectos como las retenciones a las exportaciones de granos (especialmente de soja) que fueron eliminadas o reducidas. Esta situación impactó negativamente en el financiamiento del Fondo de Conservación y Enriquecimiento, ya que el 2% de los fondos provienen de las retenciones. Además, esta situación incentivó al desmonte para ampliar la frontera de esos cultivos en detrimento de la superficie de bosque nativo, especialmente en la región chaqueña. Esto provoca como otra consecuencia el desplazamiento de comunidades que desarrollan su economía y cultura en base al bosque nativo, llevando a un proceso de concentración de la tierra y riqueza acompañado por una homogenización de la producción en base a los monocultivos y la perdida de generación de servicios ambientales forestales.

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Bibliographic Details
Main Authors: Mónaco, Martín H., Peri, Pablo Luis, Medina, Fernando Ariel., Colomb, Hernán Pablo., Rosales, Victor Abel, Berón, Fabio., Manghi, Eduardo., Miño, Mariela Lorena., Bono, Julieta., Silva, Juan Ramón., González Kehler, Juan José., Ciuffoli, Lucía., Presta, Florencia., García Collazo, María Agustina., Navall, Jorge Marcelo, Carranza, Carlos, Lopez, Dardo Ruben, Gómez Campero, Gabriela
Format: info:ar-repo/semantics/artículo biblioteca
Language:spa
Published: Colegio de Graduados en Ciencias Forestales de Santiago de Estero 2020
Subjects:Deforestación, Silvicultura, Servicios de los Ecosistemas, Conservación de la Diversidad Biológica, Suelo, Comercio Internacional, Ordenación Forestal Sostenible, Ordenación Territorial, Degradación Ambiental, Deforestation, Forest Management, Silviculture, Ecosystem Services, Biodiversity Conservation, Soil, International Trade, Land Use Planning, Environmental Degradation, Ordenación Forestal, Sustainable Forest Management, Bosques Nativos, Ley 26331, Multifuncionalidad del Bosque Nativo, Huella de carbono, Huella de Agua, Clasificación de los Bosques Nativos, Servicios Ambientales, Identidad Cultural, Manejo Forestal, Calidad de Agua, Fijación de Carbono,
Online Access:http://hdl.handle.net/20.500.12123/8648
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Summary:En el marco de la Ley Nacional Nº 26.331 Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, se entiende a bosque nativo a todos los ecosistemas forestales naturales en distinto estado de desarrollo, de origen primario o secundario, que presentan una cobertura arbórea de especies nativas mayor o igual al 20% con árboles que alcanzan una altura mínima de 3 metros y una ocupación continua mayor a 0,5 ha, incluyendo palmares. A partir de esta definición, todas las provincias del país presentaron sus Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos (OTBN), incorporando, además, otros criterios indicados en la normativa. Así, nuestro país cuenta con 53.654.545 de hectáreas de bosque nativo acreditados en el OTBN o 536.545 km² distribuidos en las 23 provincias, y representa el 19,2% de la superficie continental del país. En Argentina, las provincias con mayor superficie de bosque nativo son Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa correspondientes al Parque Chaqueño o Región Chaqueña (Figura 1). El marco conceptual respecto al manejo sostenible de los bosques nativos de la Argentina y su silvicultura parte de una concepción no dicotómica de las relaciones entre las sociedades y los ecosistemas, lo cual determina un socio-ecosistema compuesto por un sub-sistema biofísico en el cual se ubica el bosque nativo y los procesos naturales que permiten la provisión de los servicios ecosistémicos, un sub-sistema económico-productivo el cual se rige por el sistema económico dominante en un momento determinado y que determina las políticas públicas, y un sub-sistema socio-político-cultural que refleja el arreglo y funcionamiento institucional, las políticas públicas, la organización social de una empresa forestal o familias que aprovechan el bosque nativo desde una dinámica cultural particular. El Congreso de la Nación Argentina sancionó en 2007 la Ley N° 26.331 de “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos”, se reglamentó y comenzó a implementarse en 2009. La ley reconoce la multifuncionalidad del bosque nativo y los servicios ambientales con una visión integrada. Estos servicios ambientales tienen la característica de ser comunitarios, es decir, que su beneficio es a la sociedad toda. Los seis servicios ambientales que los bosques nativos brindan, y que la ley reconoce, son: 1. Regulación hídrica, 2. Conservación de la biodiversidad, 3. Conservación del suelo y de calidad del agua, 4. Fijación de Carbono, 5. Contribución a la diversificación y belleza del paisaje, 6. Defensa de la identidad cultural. A partir de la aplicación de la ley, todas las provincias resolvieron con diferentes grados de participación sus OTBN y la ejecución de los fondos. El contexto político nacional cambió a partir del año 2016 en aspectos como las retenciones a las exportaciones de granos (especialmente de soja) que fueron eliminadas o reducidas. Esta situación impactó negativamente en el financiamiento del Fondo de Conservación y Enriquecimiento, ya que el 2% de los fondos provienen de las retenciones. Además, esta situación incentivó al desmonte para ampliar la frontera de esos cultivos en detrimento de la superficie de bosque nativo, especialmente en la región chaqueña. Esto provoca como otra consecuencia el desplazamiento de comunidades que desarrollan su economía y cultura en base al bosque nativo, llevando a un proceso de concentración de la tierra y riqueza acompañado por una homogenización de la producción en base a los monocultivos y la perdida de generación de servicios ambientales forestales.