Variabilidad topográfica y fertilización variable de nitrógeno en maíz

Los rendimientos de maíz difieren según la posición en el perfil topográfico, que ofrecen diferente oferta de recursos para el cultivo. Esto permite separar los ambientes en función de criterios coincidentes para su manejo en particular (Doerge, 1999). Los rendimientos alcanzables de diferentes ambientes determinan requerimientos de nutrientes distintos. Es imperioso conocer los mismos y la oferta del suelo en cada uno de sus ambientes, para determinar las necesidades de fertilización. El análisis de suelo es la herramienta fundamental para determinar los niveles de fertilidad de cada ambiente y hacer diagnósticos precisos. Asimismo, se debe tener en cuenta como información complementaria, las características climáticas de la zona, del suelo y del manejo del cultivo a realizar. La necesidad de nitrógeno (N) del maíz es de 22 kg por tonelada de grano producido (García et al, 1997). El fertilizante nitrogenado es uno de los principales insumos y costos en la producción de maíz, lo que hace necesario contar con herramientas que permitan determinar la dosis óptima económica de N, es decir, la cantidad de N que maximiza la renta de este cultivo (Pagani et al., 2008, Jaynes et al, 2011). Si se observan diferencias de rendimientos según posición en el relieve y se utiliza la misma cantidad de fertilizante se hace un uso ineficiente del insumo. El rendimiento de maíz está determinado principalmente, por el número final de granos logrados por unidad de superficie, el cual es, entre otras variables, función de la tasa de crecimiento del cultivo alrededor del período de floración (Andrade et al, 1999). El maíz debe lograr un óptimo estado fisiológico en dicho estadio, con cobertura total del suelo y alta eficiencia de conversión de la radiación interceptada en biomasa y una adecuada disponibilidad de nutrientes, ayuda a esta condición. En lotes con variabilidad topográfica de Bragado, se pueden encontrar diferencias muy pronunciadas en el rendimiento de maíz entre loma y bajo. La agricultura de precisión comprende la aplicación de tecnologías para gestionar la variabilidad espacial y temporal con el fin de mejorar la eficiencia en el uso de los insumos, preservando la calidad ambiental (Pierce y Nowak, 1999). El uso del índice de vegetación diferencial normalizado (NDVI) es muy utilizado para diferenciar zonas de manejo (ZM) aunque en algunos estudios no se encontró como un indicador lo suficientemente sensible para delinear ZM con respuesta diferencial a la fertilización nitrogenada en el cultivo de maíz, cuando la variabilidad es relativamente baja o moderada (Girón et al, 2018). Este trabajo, tiene como objetivo, demostrar como la variabilidad topográfica afecta el rendimiento de maíz, en la zona de Bragado, en lotes con diferencias visibles en el relieve, proporcionando herramientas y técnicas para manejar la fertilización nitrogenada de manera diferencial en el cultivo de maíz.

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Bibliographic Details
Main Author: Melión, David
Format: info:ar-repo/semantics/informe técnico biblioteca
Language:spa
Published: AER Bragado, EEA Pergamino, INTA 2019-08
Subjects:Maíz, Perfil del Suelo, Nitrógeno, Suelo, Gestión Ambiental, Manejo del Cultivo, Clima, Corn, Soil Profiles, Nitrogen, Soil, Environmental Management, Crop Management, Climate, Cereales y Oleaginosas,
Online Access:https://inta.gob.ar/documentos/variabilidad-topografica-y-fertilizacion-variable-de-nitrogeno-en-maiz
http://hdl.handle.net/20.500.12123/5614
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Summary:Los rendimientos de maíz difieren según la posición en el perfil topográfico, que ofrecen diferente oferta de recursos para el cultivo. Esto permite separar los ambientes en función de criterios coincidentes para su manejo en particular (Doerge, 1999). Los rendimientos alcanzables de diferentes ambientes determinan requerimientos de nutrientes distintos. Es imperioso conocer los mismos y la oferta del suelo en cada uno de sus ambientes, para determinar las necesidades de fertilización. El análisis de suelo es la herramienta fundamental para determinar los niveles de fertilidad de cada ambiente y hacer diagnósticos precisos. Asimismo, se debe tener en cuenta como información complementaria, las características climáticas de la zona, del suelo y del manejo del cultivo a realizar. La necesidad de nitrógeno (N) del maíz es de 22 kg por tonelada de grano producido (García et al, 1997). El fertilizante nitrogenado es uno de los principales insumos y costos en la producción de maíz, lo que hace necesario contar con herramientas que permitan determinar la dosis óptima económica de N, es decir, la cantidad de N que maximiza la renta de este cultivo (Pagani et al., 2008, Jaynes et al, 2011). Si se observan diferencias de rendimientos según posición en el relieve y se utiliza la misma cantidad de fertilizante se hace un uso ineficiente del insumo. El rendimiento de maíz está determinado principalmente, por el número final de granos logrados por unidad de superficie, el cual es, entre otras variables, función de la tasa de crecimiento del cultivo alrededor del período de floración (Andrade et al, 1999). El maíz debe lograr un óptimo estado fisiológico en dicho estadio, con cobertura total del suelo y alta eficiencia de conversión de la radiación interceptada en biomasa y una adecuada disponibilidad de nutrientes, ayuda a esta condición. En lotes con variabilidad topográfica de Bragado, se pueden encontrar diferencias muy pronunciadas en el rendimiento de maíz entre loma y bajo. La agricultura de precisión comprende la aplicación de tecnologías para gestionar la variabilidad espacial y temporal con el fin de mejorar la eficiencia en el uso de los insumos, preservando la calidad ambiental (Pierce y Nowak, 1999). El uso del índice de vegetación diferencial normalizado (NDVI) es muy utilizado para diferenciar zonas de manejo (ZM) aunque en algunos estudios no se encontró como un indicador lo suficientemente sensible para delinear ZM con respuesta diferencial a la fertilización nitrogenada en el cultivo de maíz, cuando la variabilidad es relativamente baja o moderada (Girón et al, 2018). Este trabajo, tiene como objetivo, demostrar como la variabilidad topográfica afecta el rendimiento de maíz, en la zona de Bragado, en lotes con diferencias visibles en el relieve, proporcionando herramientas y técnicas para manejar la fertilización nitrogenada de manera diferencial en el cultivo de maíz.