Los machos cabríos sexualmente activos inducen la actividad sexual de las cabras anovulatorias con diferente proporción macho-hembras y en diferentes meses del anestro estacional

"Se realizaron 2 estudios para determinar si los machos cabríos sexualmente activos tienen la capacidad de inducir la actividad sexual de las cabras en anestro con diferente proporción macho-hembras y en diferentes meses del anestro estacional. El primer estudio se realizó de noviembre 2002 a mayo 2003, para determinar la influencia de la proporción macho-hembras (1:10 a 1:20 y 1:39), utilizando machos sexualmente activos, para inducir la actividad estral de las cabras en anestro. Para ello se utilizaron 7 machos cabríos locales inducidos previamente a la actividad sexual mediante días largos continuos (16 h luz/día). Asimismo se utilizaron 117 cabras anovulatorias las cuales fueron divididas en tres grupos homogéneos (n = 39). Un primer grupo fue puesto en contacto con 4 machos vii (proporción 1:10; G10), un segundo grupo con 2 machos (proporción 1:20; G20), y un tercer grupo con un macho (proporción 1:39; G39). La actividad estral se registró 2 veces por día (08:00 h y 17:00 h) a través del estudio. Durante los primeros 5 días después de la introducción de los machos, la conducta sexual de éstos (automarcaje con orina, flehmen, olfateos anogenitales, aproximaciones, intento de montas y montas completas) fue registrada durante 2 h diarias (de 08:00 h a 10:00 h). El porcentaje de hembras que presentaron actividad estral durante el estudio no fue diferente (P > 0.05) en los tres grupos (>90%). Sin embargo, el intervalo entre la introducción de los machos y el inicio del estro fue menor en el G10 (57.9 ± 4.8 h; P < 0.05) que en el G20 (72 .9 ± 4.1 h) y G39 (78.6 ± 7.6 h). El comportamiento sexual de los machos fue similar en los tres grupos, independientemente de la proporción en que fueron utilizados. Estos resultados indican que al incrementar la proporción macho-hembras no afecta el porcentaje de cabras anovulatorias inducidas a la actividad sexual, únicamente provoca un retraso en la respuesta al efecto macho. El segundo estudio se realizó de noviembre 2003 a julio 2004, para evaluar la capacidad de los machos sexualmente activos para inducir la actividad sexual en las cabras anovulatorias en diferentes meses del anestro estacional (abril, mayo y junio). En cada mes, un grupo de cabras en anestro fue expuesto a machos previamente inducidos a una intensa actividad sexual mediante días largos continuos (16 h luz/día; machos tratados), mientras que otro grupo de cabras fue expuesto a machos que sólo percibieron las variaciones naturales viii del fotoperiodo de esta región (13:41 h solsticio de verano; 10:19 h solsticio de invierno, machos testigo). La actividad estral fue determinada 2 veces por día (08:00 h y 17:00 h) a través del estudio. Durante los primeros 5 días después de la introducción de los machos, la conducta sexual de éstos (automarcaje con orina, flehmen, olfateos anogenitales, aproximaciones, intento de montas y montas completas) fue registrada 2 h diarias (de 08:00 h a 10:00 h). Cuando se utilizaron machos tratados, la mayoría de las cabras respondieron a la bioestimulación de éstos en los diferentes meses de estudio, mostrando al menos un comportamiento estral en abril (18/19), mayo (20/20) y junio (18/19); P > 0.05). En contraste, cuando se utilizaron machos testigo, ninguna cabra respondió en abril (P < 0.01, con respecto a las hembras que fueron expuestas a machos tratados). En cambio, en mayo (19/20) y junio (18/19) hembras expuestas a machos control mostraron actividad estral. En mayo, el intervalo entre la introducción de los machos y el primer estro fue mayor en las hembras expuestas a machos testigo (8.7 ± 0.8 días) que en las hembras expuestas a machos tratados (3.9 ± 0.5 días; P < 0.001). En cambio, en junio no hubo diferencias entre las hembras expuestas a machos tratados (4.1 ± 0.6 días) y hembras expuestas a machos testigos (4.4 ± 0.7; P > 0.05). En abril, la frecuencia de todas las conductas sexuales de los machos tratados fue más intensa que en los machos testigo (P < 0.01). En mayo, sólo la frecuencia"

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Bibliographic Details
Main Author: Carrillo Castellanos, Evaristo
Other Authors: Flores Cabrera, José Alfredo
Format: Tesis de doctorado biblioteca
Language:Español
Subjects:Efecto macho, Cabras, Conducta sexual, Proporción macho-hembra, Inducción del estro, CIENCIAS AGROPECUARIAS Y BIOTECNOLOGÍA,
Online Access:http://repositorio.uaaan.mx:8080/xmlui/handle/123456789/7582
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Description
Summary:"Se realizaron 2 estudios para determinar si los machos cabríos sexualmente activos tienen la capacidad de inducir la actividad sexual de las cabras en anestro con diferente proporción macho-hembras y en diferentes meses del anestro estacional. El primer estudio se realizó de noviembre 2002 a mayo 2003, para determinar la influencia de la proporción macho-hembras (1:10 a 1:20 y 1:39), utilizando machos sexualmente activos, para inducir la actividad estral de las cabras en anestro. Para ello se utilizaron 7 machos cabríos locales inducidos previamente a la actividad sexual mediante días largos continuos (16 h luz/día). Asimismo se utilizaron 117 cabras anovulatorias las cuales fueron divididas en tres grupos homogéneos (n = 39). Un primer grupo fue puesto en contacto con 4 machos vii (proporción 1:10; G10), un segundo grupo con 2 machos (proporción 1:20; G20), y un tercer grupo con un macho (proporción 1:39; G39). La actividad estral se registró 2 veces por día (08:00 h y 17:00 h) a través del estudio. Durante los primeros 5 días después de la introducción de los machos, la conducta sexual de éstos (automarcaje con orina, flehmen, olfateos anogenitales, aproximaciones, intento de montas y montas completas) fue registrada durante 2 h diarias (de 08:00 h a 10:00 h). El porcentaje de hembras que presentaron actividad estral durante el estudio no fue diferente (P > 0.05) en los tres grupos (>90%). Sin embargo, el intervalo entre la introducción de los machos y el inicio del estro fue menor en el G10 (57.9 ± 4.8 h; P < 0.05) que en el G20 (72 .9 ± 4.1 h) y G39 (78.6 ± 7.6 h). El comportamiento sexual de los machos fue similar en los tres grupos, independientemente de la proporción en que fueron utilizados. Estos resultados indican que al incrementar la proporción macho-hembras no afecta el porcentaje de cabras anovulatorias inducidas a la actividad sexual, únicamente provoca un retraso en la respuesta al efecto macho. El segundo estudio se realizó de noviembre 2003 a julio 2004, para evaluar la capacidad de los machos sexualmente activos para inducir la actividad sexual en las cabras anovulatorias en diferentes meses del anestro estacional (abril, mayo y junio). En cada mes, un grupo de cabras en anestro fue expuesto a machos previamente inducidos a una intensa actividad sexual mediante días largos continuos (16 h luz/día; machos tratados), mientras que otro grupo de cabras fue expuesto a machos que sólo percibieron las variaciones naturales viii del fotoperiodo de esta región (13:41 h solsticio de verano; 10:19 h solsticio de invierno, machos testigo). La actividad estral fue determinada 2 veces por día (08:00 h y 17:00 h) a través del estudio. Durante los primeros 5 días después de la introducción de los machos, la conducta sexual de éstos (automarcaje con orina, flehmen, olfateos anogenitales, aproximaciones, intento de montas y montas completas) fue registrada 2 h diarias (de 08:00 h a 10:00 h). Cuando se utilizaron machos tratados, la mayoría de las cabras respondieron a la bioestimulación de éstos en los diferentes meses de estudio, mostrando al menos un comportamiento estral en abril (18/19), mayo (20/20) y junio (18/19); P > 0.05). En contraste, cuando se utilizaron machos testigo, ninguna cabra respondió en abril (P < 0.01, con respecto a las hembras que fueron expuestas a machos tratados). En cambio, en mayo (19/20) y junio (18/19) hembras expuestas a machos control mostraron actividad estral. En mayo, el intervalo entre la introducción de los machos y el primer estro fue mayor en las hembras expuestas a machos testigo (8.7 ± 0.8 días) que en las hembras expuestas a machos tratados (3.9 ± 0.5 días; P < 0.001). En cambio, en junio no hubo diferencias entre las hembras expuestas a machos tratados (4.1 ± 0.6 días) y hembras expuestas a machos testigos (4.4 ± 0.7; P > 0.05). En abril, la frecuencia de todas las conductas sexuales de los machos tratados fue más intensa que en los machos testigo (P < 0.01). En mayo, sólo la frecuencia"