Décima tercera carta pastoral la dirige el Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Pedro Rafael González Calisto a todos los fieles de la Arquidiócesis [Folleto].

Nos, Dr. Pedro Rafael González C., por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Quito; a nuestro Venerable Capítulo Metropolitano, al Venerable Clero Secular, al Regular y á todos los fieles de la Arquidiócesis; salud y bendición en nuestro Señor Jesucristo. Si los beneficios de Dios en favor de un solo individuo deben ser recordados, cuanto más los que tienen por objeto á una nación entera. La gratitud y la Religión nos obligan á conmemorar de año en año y de siglo en siglo esos gloriosos acontecimientos nada raros en la vida de la Iglesia Católica, en los cuales se rasga por algunos instantes el velo que nos separa del mundo sobrenatural, y entra en relaciones portentosas y manifiestas con él este mundo sublunar, tan distante al parecer y tan cerca en realidad de nuestro Dios amantísimo, criador omnipotente, y conservador próvido y solícito de todo el universo.

Saved in:
Bibliographic Details
Main Author: González Calisto, Pedro Rafael. Arzobispo
Format: other biblioteca
Language:spa
Published: Quito, Ecuador : Imprenta del Clero. 2016-01-29T19:59:52Z
Subjects:RELIGIÓN, CATOLICISMO, INSTITUCIONES RELIGIOSAS, CARTA PASTORAL, CLERO, CRISTIANOS, ARQUIDIÓCESIS DE QUITO (ECUADOR),
Online Access:http://hdl.handle.net/10469/7988
Tags: Add Tag
No Tags, Be the first to tag this record!
Description
Summary:Nos, Dr. Pedro Rafael González C., por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Quito; a nuestro Venerable Capítulo Metropolitano, al Venerable Clero Secular, al Regular y á todos los fieles de la Arquidiócesis; salud y bendición en nuestro Señor Jesucristo. Si los beneficios de Dios en favor de un solo individuo deben ser recordados, cuanto más los que tienen por objeto á una nación entera. La gratitud y la Religión nos obligan á conmemorar de año en año y de siglo en siglo esos gloriosos acontecimientos nada raros en la vida de la Iglesia Católica, en los cuales se rasga por algunos instantes el velo que nos separa del mundo sobrenatural, y entra en relaciones portentosas y manifiestas con él este mundo sublunar, tan distante al parecer y tan cerca en realidad de nuestro Dios amantísimo, criador omnipotente, y conservador próvido y solícito de todo el universo.