Transmisión transovárica de "Candidatus Liberibacter solanacearum" por Bactericera cockerelli en Solanum tuberosum L

La papa (Solanum tuberosum L.) es un cultivo de gran importancia en México debido a sus cualidades alimenticias, adaptación climática y alto rendimiento, superado por el maíz, frijol, trigo y arroz(Hooker, 1998). En 2016, se registró una superficie mundial de 19.3 millones de hectáreas, con producción de 376 millones de toneladas (FAOSTAT, 2016), sembrada en 100 países. En México, para ese mismo año, la SAGARPA reportó una producción de 1 millón 796 mil 813 toneladas, en una superficie de 64,465 ha, de las cuales en Sinaloa se cultivaron 13 mil ha, con una producción de 360 mil ton, haciendo notar que la producción de este tubérculo ha ido a la alza en los últimos 10 años. Actualmente se cultiva en 22 estados de la República Mexicana durante todo el año (SIAP, 2016). Desafortunadamente estos rendimientos y calidad son afectados por la presencia de enfermedades causadas por hongos, bacterias, nemátodos, virus y fitoplasmas. En la actualidad los productores se han visto perjudicados por la presencia de la punta morada de la papa, mencionada por primera vez en México por Niederhauser y Cervantes en 1956, fue observada en el valle de Toluca, en Guanajuato, en Zamora, Michoacán y en los estados de Puebla y Tlaxcala. García (1996) señaló que para la década de los noventas en las áreas paperas de Coahuila, Nuevo León, Jalisco y otras zonas, se comenzó a manifestar una enfermedad que ocasionaba amarillamientos, enrollamientos de folíolos de color morado, formación de tubérculos aéreos, necrosis vascular en tallo y tubérculos, lo que actualmente se llama "Síndrome de la punta morada de la papa" (PMP). Y que se encuentra prácticamente presente en todos los continentes. A nivel nacional la incidencia de ésta enfermedad se ha mantenido en porcentajes altos, para 1993 alcanzó un 30%, el 60% en 1994 y hasta el 90% en 1995 de tubérculos dañados. Durante los años 2003 y 2004., la incidencia de esta enfermedad se incrementó considerablemente, llegando al 100 por ciento en algunas áreas productoras de Coahuila y Nuevo León (Flores, et al. 2004). El síndrome PMP es un conjunto de síntomas desarrollados principalmente por el ataque de la bacteria "Candidatus Liberibacter solanacearum" (CaLso) y fitoplasmas (Cadena et al., 2003; Flores et al., 2004; Lee et al., 2004; Herrera et al., 2013; Garzón et al., 2005; Lee et al., 2006; Alarcón, 2007; Martínez et al., 2007; Alarcón et al., 2009; Rubio et al., 2011). En Estados Unidos la enfermedad causada en la papa por CaLso se le conoce como Zebra Chip (ZC) debido al pardeamiento que ocasiona en la pulpa del tubérculo (Abad et al., 2009; Liefting et al., 2009), inicialmente a la bacteria se le nombro "Candidatus Liberibacter psyllaurous" (Hansen et al., 2008). Otro problema sanitario es el Amarillamiento del Psílido (AP), ocasionado según algunos autores por la inyección de toxinas que realiza el psílido Bactericera cockerelli. Al alimentarse de la planta (Severin, 1940; Wallis, 1948; Liu et al., 2006), aunque hasta la fecha no se ha realizado la descripción bioquímica de esas toxinas. La PMP es uno de los principales problemas que afectan el cultivo de papa en México (Rubio et al., 2006) y también tiene gran importancia en varias regiones de Nueva Zelanda (Liefting et al., 2008), Estados Unidos de América y Centro América (Munyaneza et al., 2007; Munyaneza et al., 2008; Secor et al., 2009). Las regiones más afectadas en México son el Centro (Edo. de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Veracrúz), el Noreste (Coahuila y Nuevo León) y el Bajío (Guanajuato y Michoacán). La región Noroeste (Sonora, Sinaloa, Baja California, Chihuahua) y la zona de Tapalpa, Jal. Son afectadas en menor grado que las anteriores; sin embargo, el problema se ha ido incrementando en los últimos años (Rubio et al., 2011b). Las plantas infectadas desde el inicio de su desarrollo pueden ser aniquiladas y los tubérculos provenientes de plantas infectadas en etapas posteriores son de tamaño pequeño y presentan un pardeamiento interno por lo que son rechazados en el mercado en fresco y tampoco sirven para la producción de hojuelas fritas, la cual es la principal forma de procesamiento de la papa en México. Dependiendo de la etapa de desarrollo en que las plantas son infectadas, el rendimiento de tubérculos puede disminuir entre 10 y 100% y como consecuencia las pérdidas económicas son muy cuantiosas si es que se toma en cuenta que los costos de producción son en promedio $ 230,000.00 pesos /ha (*comunicación personal). (* Dr. Alberto Flores Olivas, Maestro Investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Mayo-2018) En la actualidad, el control de la PMP se basa exclusivamente en la aplicación intensiva de insecticidas químicos, por lo que es necesario establecer un sistema de control integrado de la enfermedad que incluya el uso de variedades tolerantes, insecticidas biológicos y prácticas culturales (Rubio et al. 2011a)

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Bibliographic Details
Main Authors: Galindo Gil, Karen Ivoon, Flores Olivas, Alberto, Galindo Cepeda, Ma. Elizabeth, Mayo Hernández, Juan
Format: Texto biblioteca
Language:eng
Published: Saltillo, Coahuila, México Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro 2018
Subjects:Control biológico de insectos - Pulgón saltador, Papa - Solanum Tuberosum L,
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Description
Summary:La papa (Solanum tuberosum L.) es un cultivo de gran importancia en México debido a sus cualidades alimenticias, adaptación climática y alto rendimiento, superado por el maíz, frijol, trigo y arroz(Hooker, 1998). En 2016, se registró una superficie mundial de 19.3 millones de hectáreas, con producción de 376 millones de toneladas (FAOSTAT, 2016), sembrada en 100 países. En México, para ese mismo año, la SAGARPA reportó una producción de 1 millón 796 mil 813 toneladas, en una superficie de 64,465 ha, de las cuales en Sinaloa se cultivaron 13 mil ha, con una producción de 360 mil ton, haciendo notar que la producción de este tubérculo ha ido a la alza en los últimos 10 años. Actualmente se cultiva en 22 estados de la República Mexicana durante todo el año (SIAP, 2016). Desafortunadamente estos rendimientos y calidad son afectados por la presencia de enfermedades causadas por hongos, bacterias, nemátodos, virus y fitoplasmas. En la actualidad los productores se han visto perjudicados por la presencia de la punta morada de la papa, mencionada por primera vez en México por Niederhauser y Cervantes en 1956, fue observada en el valle de Toluca, en Guanajuato, en Zamora, Michoacán y en los estados de Puebla y Tlaxcala. García (1996) señaló que para la década de los noventas en las áreas paperas de Coahuila, Nuevo León, Jalisco y otras zonas, se comenzó a manifestar una enfermedad que ocasionaba amarillamientos, enrollamientos de folíolos de color morado, formación de tubérculos aéreos, necrosis vascular en tallo y tubérculos, lo que actualmente se llama "Síndrome de la punta morada de la papa" (PMP). Y que se encuentra prácticamente presente en todos los continentes. A nivel nacional la incidencia de ésta enfermedad se ha mantenido en porcentajes altos, para 1993 alcanzó un 30%, el 60% en 1994 y hasta el 90% en 1995 de tubérculos dañados. Durante los años 2003 y 2004., la incidencia de esta enfermedad se incrementó considerablemente, llegando al 100 por ciento en algunas áreas productoras de Coahuila y Nuevo León (Flores, et al. 2004). El síndrome PMP es un conjunto de síntomas desarrollados principalmente por el ataque de la bacteria "Candidatus Liberibacter solanacearum" (CaLso) y fitoplasmas (Cadena et al., 2003; Flores et al., 2004; Lee et al., 2004; Herrera et al., 2013; Garzón et al., 2005; Lee et al., 2006; Alarcón, 2007; Martínez et al., 2007; Alarcón et al., 2009; Rubio et al., 2011). En Estados Unidos la enfermedad causada en la papa por CaLso se le conoce como Zebra Chip (ZC) debido al pardeamiento que ocasiona en la pulpa del tubérculo (Abad et al., 2009; Liefting et al., 2009), inicialmente a la bacteria se le nombro "Candidatus Liberibacter psyllaurous" (Hansen et al., 2008). Otro problema sanitario es el Amarillamiento del Psílido (AP), ocasionado según algunos autores por la inyección de toxinas que realiza el psílido Bactericera cockerelli. Al alimentarse de la planta (Severin, 1940; Wallis, 1948; Liu et al., 2006), aunque hasta la fecha no se ha realizado la descripción bioquímica de esas toxinas. La PMP es uno de los principales problemas que afectan el cultivo de papa en México (Rubio et al., 2006) y también tiene gran importancia en varias regiones de Nueva Zelanda (Liefting et al., 2008), Estados Unidos de América y Centro América (Munyaneza et al., 2007; Munyaneza et al., 2008; Secor et al., 2009). Las regiones más afectadas en México son el Centro (Edo. de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Veracrúz), el Noreste (Coahuila y Nuevo León) y el Bajío (Guanajuato y Michoacán). La región Noroeste (Sonora, Sinaloa, Baja California, Chihuahua) y la zona de Tapalpa, Jal. Son afectadas en menor grado que las anteriores; sin embargo, el problema se ha ido incrementando en los últimos años (Rubio et al., 2011b). Las plantas infectadas desde el inicio de su desarrollo pueden ser aniquiladas y los tubérculos provenientes de plantas infectadas en etapas posteriores son de tamaño pequeño y presentan un pardeamiento interno por lo que son rechazados en el mercado en fresco y tampoco sirven para la producción de hojuelas fritas, la cual es la principal forma de procesamiento de la papa en México. Dependiendo de la etapa de desarrollo en que las plantas son infectadas, el rendimiento de tubérculos puede disminuir entre 10 y 100% y como consecuencia las pérdidas económicas son muy cuantiosas si es que se toma en cuenta que los costos de producción son en promedio $ 230,000.00 pesos /ha (*comunicación personal). (* Dr. Alberto Flores Olivas, Maestro Investigador de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Mayo-2018) En la actualidad, el control de la PMP se basa exclusivamente en la aplicación intensiva de insecticidas químicos, por lo que es necesario establecer un sistema de control integrado de la enfermedad que incluya el uso de variedades tolerantes, insecticidas biológicos y prácticas culturales (Rubio et al. 2011a)