Belleza y fealdad en el arte

Resumen: Así como todo ente resulta verdadero por ser lo que es, también es bello (pulchrum) por el solo hecho de ser. Como decían los escolásticos, la belleza es una propiedad trascendental de todo lo que existe. "Ser y ser bello —anota Gilson— es la misma cosa, lo bello no siendo más que el ser como bueno para percibir".1 De todos modos, y aceptando que todo lo que existe sea bello por el solo hecho de existir, resulta innegable que también hay fealdad en la naturaleza. Pero así como el mal no goza de una realidad propia y en sí, ya que simplemente indica una ausencia de bien, la fealdad, por su parte, denota una ausencia de realidad, como observa Gilson: "Ser bello es ser y ser es ser bello. Todo lo que es resulta bello en la medida en que es, lo feo no siendo más que una carencia de ser, de la que no hay nada que pensar, ni decir, sino para señalar el lugar dejado vacío por una ausencia de realidad".2 Las cosas completas no carecen efectivamente de nada, pero a las incompletas les falta algo para su plenitud, y sería justamente lo que les falta, esa ausencia de realidad, lo que permite decir que son feas, tal como lo estima Santo Tomás: "Tres cosas se requieren para la belleza. Primeramente, la integridad o perfección: pues las cosas inacabadas o disminuidas (diminutae) son por eso mismo, feas (turpia). Y también la debida proporción o consonancia. Y finalmente la claridad: pues las cosas que poseen un color nítido se dicen hermosas o bellas".

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Bibliographic Details
Main Author: Echauri, Raúl
Format: Artículo biblioteca
Language:spa
Published: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 1994
Subjects:BELLEZA, ARTE, ESTETICA, FILOSOFIA,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/12971
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