Algo habrá hecho : la cobertura mediática en torno al caso Santiago Maldonado

El presente trabajo indaga los acontecimientos relevados por los principales medios gráficos argentinos, los diarios La Nación y Clarín, a partir de la desaparición física de Santiago Andrés Maldonado, a los cuales consideramos como representantes de una “voz” oficial. Presentamos un tema de actualidad que ha cosechado una amplia difusión tanto en medios de comunicación tradicionales como en las redes sociales y nuevos medios. Ha despertado también memorias desde las comparativas con otros casos similares, reflexiones políticas y sociales. El recorte temporal elegido para abordar los acontecimientos representados será desde el 1° de agosto hasta el 17 de octubre. Este período comienza con el momento de la desaparición física de Santiago y culmina con el hallazgo de un cuerpo en el lugar donde fue visto por última vez. Relevamos 290 notas periodísticas digitales de los medios hegemónicos que han abordado el tratamiento de la causa en este período, siendo 181 pertenecientes a La Nación, y 109 a Clarín. El torrente de notas de los diarios digitales que han sido tomados como “opositores”, será de 50 en el caso de La Izquierda Diario y 25 por parte de Página 12. La cobertura mediática del caso mostró disparidades. Los medios más cercanos al gobierno, principalmente el Grupo Clarín (englobando medios como La Razón y Artear también) y La Nación, en primer lugar, desconocieron que el joven estuviera desaparecido, negando en sus distintos titulares cualquier similitud con la realidad, y soslayando las acusaciones al respecto. Luego difundieron noticias sobre rumores y denuncias de personas que habrían visto a Maldonado en libertad, sugirieron la falsedad de la denuncia realizada por los familiares, e incluso afirmaron que el joven desaparecido podría haber sido asesinado por los propios mapuches. Los principales medios opositores (Página 12, La Izquierda diario), por su parte, relacionaron la desaparición de Maldonado con la represión llevada a cabo por Gendarmería Nacional en el marco de un gobierno neoliberal que avala este tipo medidas y atenta contra el derecho constitucional a huelga. La misma polaridad se vio reflejada en las redes sociales. Se denunció al gobierno nacional de contratar troles con el objeto de defenestrar a la familia del desaparecido y presentar su reclamo como inválido. Tras semanas de estrategias de visibilización en las redes frente a los grandes medios oficiales, la familia Maldonado y el pueblo en las calles, logró sortear la zona opaca, reclamando la aparición con vida de Santiago Maldonado y exigiendo que se esclarezca la verdad. Las operaciones de los medios para construir la realidad en torno a un hecho puntual que involucra la responsabilidad o el encubrimiento del Estado no son nuevas en nuestro país (entre otros, contrastaremos con los casos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y Mariano Ferreyra). Sin embargo, en el caso Maldonado, llama la atención la persistencia del conjunto de operaciones que fueron sostenidas en la construcción de un discurso, y que pese a ser desmentidas sucesivamente, no pudieron ser anuladas. Hemos construido nuestro corpus para el análisis a partir de momentos clave a lo largo del tratamiento mediático que ha tenido el caso. Distinguimos puntos en común presentados tanto por Clarín como La Nación, que, en muchos casos, no han siquiera tenido lugar en medios que abordan el acontecimiento desde la óptica opositora. Ambos medios han dado claros indicios de los testigos (que posteriormente se comprobó que eran falsos) que habían visto o trasladado a Santiago, tanto en Chile como Entre Ríos. En otro momento optaron por una estigmatización de la figura de Santiago y también de su familia. Una nueva oportunidad de construcción destructiva/ una nueva construcción se presentó en los disturbios ocasionados por las fuerzas policiales durante las marchas, como también el “vandalismo” en los espacios público. Luego de las primeras semanas, comenzó el momento de denunciar el "adoctrinamiento” en las aulas, al explicar el caso Maldonado, siendo que el mismo se había inmiscuido en las cotidianidades. La deslegitimación marcó momentos clave, con distintos focos de atención: deslegitimación de los mapuches, deslegitimación del reclamo por asociarse con el kirchnerismo, y deslegitimación del caso por su relación con el caso Julio López. Finalmente, distinguimos también el cambio de carátula como un momento mediático clave. Analizaremos el encubrimiento por parte de los diarios La Nación y Clarín, de la responsabilidad del Estado en la desaparición de Santiago Maldonado, y la demonización del implicado y el colectivo mapuche. El análisis discursivo presentado se desarrollará sobre dos ejes. En primer lugar, indagaremos respecto de la dimensión enunciativa de los discursos elegidos en el tema. Entenderemos la enunciación como “el efecto de sentido de los procesos de semiotización, por lo que en un texto se construye una situación comunicacional, a través de dispositivos que podrán ser o no de carácter lingüístico” (Steimberg, 1998; 44), considerando tanto al enunciador como al enunciatario en dicho proceso. El eje enunciativo es central en tanto nuestro ensayo está basado en la perspectiva de Stuart Hall (2010) que plantea a los medios de comunicación como constructores de lo real. Lo real, desde esta óptica, no puede interpretarse como un simple conjunto dado de hechos sino el resultado de una manera particular de construirlos. Afirmar esto es captar a los medios como agentes significadores, portadores de poder ideológico, es decir capaces de significar eventos de una manera particular. Dado que el significado ya no depende de cómo son sino de cómo se significan las cosas, el mismo evento puede representarse de distintas maneras. Los medios entonces serán los encargados de suministrar la base a partir de la cual los grupos y clases construyen una imagen de las vidas, significados, prácticas y valores de los otros grupos y clases. Esta es la primera de las grandes funciones culturales e ideológicas de los medios modernos de comunicación. Sobre la misma línea apoyaremos nuestro análisis en lo expuesto por Stella Martini (2000) en “Periodismo, noticia y noticiabilidad”. Diremos, entonces, que un medio produce las noticias que construyen una parte de la realidad social y que posibilitan a los individuos el conocimiento del mundo al que no pueden acceder de manera directa. El producto de su trabajo multiplica y naturaliza gran parte de los discursos en circulación en las sociedades. Buscaremos dar cuenta de la disputa de sentido en torno a la desaparición de Santiago Maldonado, por parte de distintos actores intervinientes, así como también analizar en detalle el conjunto de operaciones de los medios de comunicación para desaparecer y demonizar la figura de Santiago Maldonado. La correlación de la desaparición de Maldonado con otros casos similares servirá de herramienta para señalar convergencias y divergencias en el tratamiento mediático, así como también un análisis del corpus determinado para exponer las construcciones sostenidas por ambos medios para soslayar la responsabilidad estatal, relevando la repetición de la información en otros medios. Si bien en el trabajo subrayaremos el poder de los medios masivos en el caso de los dos medios de prensa analizados, no dejaremos de considerar que, tras la llegada de diversos medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, se ha abierto una disputa -claramente desigualante el monopolio de información de los medios masivos. Por ello, también abordaremos la repercusión del caso en las distintas redes y en los medios en mano de la sociedad civil. Como señala Benedict Anderson: “(…) la convergencia del capitalismo y la tecnología impresa en la fatal diversidad del lenguaje humano hizo posible una nueva forma de comunidad imaginada, que en su morfología básica preparó el escenario para la nación moderna.” (1993; 75). Ahora, una nueva comunidad tecnológica ha entrado en escena, con la posibilidad de que los usuarios puedan dar carácter público desde las redes sociales, a un suceso que ha ocurrido a miles de kilómetros. Estamos frente a una mediatización de los actores individuales, cambiando así las formas hasta aquí conocidas de vinculación: una revolución del acceso (Verón, 2013), a cargo de los consumidores, que a su vez se presentarán también como productores de sentido, presentándose en muchos casos el acontecimiento, como material de culto. Al respecto Jenkins explica que: “la convergencia representa un cambio de paradigma: el paso de los contenidos específicos de un medio a los contenidos que fluyen por múltiples canales mediáticos, a la creciente interdependencia de los sistemas de comunicación, a los múltiples modos de acceder a los contenidos mediáticos, y a relaciones cada vez más complejas entre los medios corporativos de arriba abajo y la cultura participativa de abajo arriba” (2006; 241). Pese al aire de apertura que trae la idea de convergencia, es un arma de doble filo, que da lugar a conglomerados y se encuentra atravesado por un régimen corporativo. Sin embargo, en el caso de Santiago Maldonado, las voces individuales dieron trascendencia. ¿Dónde está Santiago? surgió de un usuario individual, de una red social particular, y repercutió audazmente en miles de usuarios de diversas redes. Se dio el nacimiento de una comunidad virtual contra-hegemónica, convergente también, pero no corporativa. El segundo eje sobre el cual problematizaremos será respecto de la cuestión del poder. Tomaremos de Angenot (2010) el concepto de hegemonía, entendiéndose como canon de reglas y de imposiciones legitimadoras y, socialmente, como un instrumento de control social, como una vasta sinergia de poderes, restricciones y medios de exclusión ligados a arbitrarios formales y temáticos. Esta hegemonía discursiva forma un dispositivo favorable a la clase dominante, a la imposición de su dominación. Es esta misma hegemonía la que construye la agenda pública, entendida como “conjunto de problemáticas o temas que preocupan y se discuten en una sociedad o un vasto sector de ella y sobre los que se ha instalado un estado de opinión” (Martini y Gobbi, 1998; 57). En base a lo que los autores llaman “agenda-setting”, es que el público formará su consumo, en el banquete ofrecido por la prensa. Esto se dará en el marco de un contrato de lectura con los consumidores, y de esta forma los medios influirán en la forma de ver el mundo de la sociedad que los consuma.

Saved in:
Bibliographic Details
Main Authors: Infantino, María Laura, Legé, Nicole Andrea
Other Authors: Gándara, Santiago
Format: Tesis biblioteca
Language:spa
Published: Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales
Subjects:Medios de comunicación de masa, Protesta social, Represión policial,
Online Access:https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1288
https://repositorio.sociales.uba.ar/files/original/36c2394b9b1975f7289aa04bc5fd8274.pdf
Tags: Add Tag
No Tags, Be the first to tag this record!