La gestión del turismo comunitario campesino e indígena. Prácticas y políticas públicas en el Estado Plurinacional de Bolivia

El turismo comunitario en Bolivia es una actividad reciente, los primeros emprendimientos considerados como los más antiguos: Albergue Ecoturístico Tomarapi (1997) y Chalalán Albergue Ecológico (1995) surgieron hace veintitrés y veinticinco años, respectivamente. Al parecer, el turismo comunitario nace en el país desde la iniciativa de las comunidades indígenas y campesinas, como una alternativa ideal para acceder a mayores ingresos económicos y una mejor calidad de vida y, posteriormente, se convirtió en un medio para la revitalización de la cultura y la protección del territorio; actualmente, en muchas comunidades el turismo comunitario es uno de los pilares económicos y de sustento. Por otro lado, gran parte de los emprendimientos se viabilizaron mediante el apoyo técnico y financiero de organizaciones internacionales, el Estado boliviano aporto en menor medida. Hoy en día se tiene un registro aproximado de noventa y nueve emprendimientos localizados en tierras altas, valles y tierras bajas del país, son cada vez más las comunidades que están apostando por el turismo comunitario, desarrollando una variedad de ofertas y servicios. Frente a este proceso, el Estado, posterior a la Promulgación de la Nueva Constitución Política (2009), reformula las leyes y planes nacionales de turismo, enfocándose y priorizando el turismo comunitario, una de ellas la Ley General de Turismo No. 292, publicada el año 2012. Sin embargo, al parecer el accionar de los representantes del Estado y los nuevos documentos de turismo, en vez de coadyuvar y fortalecer este sector, limita e interfiere las gestiones de las comunidades. Considerando este contexto, la presente investigación fue realizada con siete emprendimientos de turismo comunitario en Bolivia que, desde nuestra percepción, constituye una muestra representativa: el Albergue Comunitario de Chipaya, de la Comunidad de Uru Chipaya; la Asociación de Guías de Ecoturismo Comunitario del Municipio y Parque Nacional Torotoro, de la Comunidad del mismo nombre; el Centro de Interpretación Geológica de Alta Montaña, de la Comunidad de Sajama; la Sociedad de Turismo Suni Uta Choquemarka, de la Comunidad de Caripe; Chalalán Albergue Ecológico, de la Comunidad de San José de Uchupiamonas; San Miguel del Bala Ecoturismo Comunitario, de la Comunidad de San Miguel del Bala y Canopy Villa Alcira, de la Comunidad de Villa Alcira. Entre las conclusiones más destacadas de esta investigación podemos señalar las siguientes: el turismo comunitario surge en Bolivia en la década de los noventa, en el seno de las comunidades indígenas y campesinas como una opción para acceder a una mejor calidad de vida, revitalizar y proteger su cultura y territorio, y como una interpelación a la hegemonía del turismo por parte de las empresas privadas; se constituye en una actividad cada vez más creciente y heterogénea a nivel se servicios; y en términos de gestión, pese a haberse iniciado hace más de dos décadas, se encuentra en una etapa de desarrollo incipiente. De igual modo, las comunidades campesinas e indígenas que se involucraron en el turismo comunitario, inevitablemente, se "turistificaron"; observan vivencialmente que la práctica turística está provocando impactos positivos y negativos en la población y la comunidad; además, perciben que está construyendo relaciones interculturales entre los anfitriones comunitarios y los turistas. En términos de políticas públicas, sobre todo desde la promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado (2009) que caracteriza al país como Estado Plurinacional, el turismo comunitario tuvo un gran avance a nivel político y jurídico, pero a nivel de su implementación el camino recorrido ha sido muy poco, muy lento y superficial. Este hecho se nota en las brechas que existe entre la gestión del Estado y las experiencias de los emprendimientos turísticos; así mismo, la gestión del SERNAP está siendo cuestionada y observada permanentemente; se evidencia una incompatibilidad entre los conceptos que manejan el Estado y las comunidades acerca del turismo y la sostenibilidad. Considerando lo anterior, nuestras principales recomendaciones son las siguientes: sistematización e institucionalización de los emprendimientos de turismo comunitario; construcción de proyectos de políticas públicas y planes, en los diversos niveles estatales, con la participación con los pueblos involucrados; gestión de proyectos de fomento a los emprendimientos pero contextualizados, endógenos y que aseguren la sostenibilidad y el "Buen Vivir" de los pueblos rurales, históricamente marginados; reconstrucción de un concepto integrador de turismo comunitario que considere la experiencia vigente y los desafíos reales; fortalecimiento del tejido social entre comunidades y los emprendimientos turísticos; y viabilización de la autogestión de los emprendimientos socio productivos rurales. La inestable situación política y social del país, sumado a la delicada situación que está enfrentando el mundo frente a la pandemia del COVID-19, hacen que el futuro del turismo en general se torne incierto. No dudamos que el camino será muy largo y dificultoso, pero tenemos la esperanza que llegue el momento en que la sociedad y, principalmente, los representantes del Estado, comiencen a recuperar el pulso y reactivar el sector. Por las particularidades y el modo de gestión del turismo comunitario, a diferencia del turismo de masas, este sector podría ser el que presente las mayores oportunidades para reactivar el turismo en el país.

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Bibliographic Details
Main Author: Machaca Cabrera, Natalia Micaela
Other Authors: Bustos Cara, Roberto
Format: info:eu-repo/semantics/masterThesis biblioteca
Language:spa
Subjects:Turismo Comunitario, Comunidades Indígenas, Gestión Turística, Políticas Públicas,
Online Access:https://nulan.mdp.edu.ar/id/eprint/3534/
https://nulan.mdp.edu.ar/id/eprint/3534/1/machaca-2020.pdf
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