Estudio del mercado vitivinícola en la Unión Europea
Durante los últimos años la producción ha disminuido en menor proporción que el consumo. El resultado de esto ha sido la existencia de un permanente nivel de excedentes que no ha logrado reducirse. Es evidente que la causa de estos excedentes son, principalmente, las propias políticas vitivinícolas que la Unión Europea ha implementado a lo largo de los años. En su mayoría, estas políticas apuntan a subsidiar a la producción. De esta manera, está claro que por mucho que se pretenda eliminar los sobrantes, no podrá llevarse a cabo hasta que estos subsidios sean eliminados. Las múltiples reformas propuestas, en un marco conciliable con el medio ambiente y con la realidad regional no se pronuncian en forma clara acerca del futuro de estos subsidios. Ya que, si bien es cierto que las destilaciones tenderán a disminuir, al ser pagadas con precios cada vez más antieconómico, no hay una posición concreta de lo que sucede cuando el productor se enfrenta a un precio interior a un porcentaje preestablecido del "precio guía" (hasta ahora se estimaba en un 82%). Por lo tanto, debe esperarse que el mercado vitivinícola en la Unión Europea continúe protegido, pero en un menor grado. El efecto de esto será una disminución de los excedentes de vino, pero no su eliminación. En lo que respecta al consumo, la disminución de la ingesta de vino, en los principales países consumidores, ha ocasionado su descenso mundial durante las dos últimas décadas. Las transformaciones que afectan a la sociedad, en relación a condiciones de vida y trabajo, contribuyen a modificar el comportamiento sobre el consumo y, especialmente, a reducir la ingesta de los vinos de menor calidad. Esto, ayudado por la moda de dietas hipocalóricas y por las campañas en contra del alcoholismo, ha repercutido en un cambio profundo de la imagen del vino, que de "alimento" ha pasado a considerarse como una bebida ocasional de placer. Esta misma evolución que ha experimentado la sociedad ha hecho que la demanda de vinos de calidad aumenten en detrirnento de la de vinos de mesa. Razón por la cual se, han orientado las plantaciones de variedades viníferas hacia cepajes más finos. La creación de la Organización Común de Mercados dentro de la Unión Europea estimulo el desarrollo de un fuerte intercambio entre los Estados miembros. De las importaciones de vino existentes en esta zona, hay una participación bastante reducida de naciones extracomunitarias, de hecho, se estima que no excede el 10% de las entradas totales. En este aspecto, Chile ha estado trabajando duro en los últimos años con resultados muy positivos. El crecimiento de las exportaciones chilenas hacia la Unión Europea y, en general hacia el resto del mundo, es el resultado de constantes mejoras en la calidad de los vinos, de lograr una adecuada presentación con las exigencias de cada mercado y de desarrollar, en forma acertada, la comercialización y marketing del producto. Con esta fórmula, Chile ha conseguido un buen sitial y prestigio en, naciones como Inglaterra, Dinamarca, Suecia y otras. Sin embargo, no hay que engañarse con los buenos resultados logrados por el vino chileno. La realidad indica que nuestro país produce, apenas, el 1% del vino en el mundo y sus exportaciones equivalen al 3% de este comercio. En América Latina el vino chileno es conocido bajo todas sus formas, pero en otros lugares del mundo no ocurre lo mismo. Es así como en Europa se comprueban dos puntos: primero, la suma de todos los vinos chilenos representan menos del 1% de lo que beben los consumidores y segundo, muchos, ni siquiera tienen formada una imagen clara de Chile
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Format: | Tesis biblioteca |
Published: |
1995
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Subjects: | vino, mercados mundiales, comercio internacional, produccion mundial, politicas, |
Online Access: | https://hdl.handle.net/20.500.14001/46096 |
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