El regreso del andrógino

Indico un fenómeno masivo y patente: anatomías humanas sin circuitos integrados son rareza de antropólogo. El chip es el aderezo posmoderno, visible en los receptores prendidos como arreos al individuo. Este menudo aparato aparece en el teléfono celular, en la USB o memoria extendida, en la computadora portátil, en la llave del carro, en el reloj de muñeca -que tiene radio, agenda, televisor y teléfono incorporados-, en el discman, el juego electrónico, la tarjeta de crédito, las gafas multipropósito y la cámara digital. El chip se ha vuelto casi tan indispensable como el oxígeno. El mini componente tiene más ventajas que un amigo-a: portátil, memoria extraordinaria, liviano, útil, virtualidades inmensas, recursos generosos, múltiples opciones de diversión y placer; y además no se queja, consume poca energía y se reemplaza con facilidad. ¿Evolucionamos o involucionamos? Conectarse y contactarse es moda y empeño de la técnica. No se trata de discutir la controversia de Eco entre apocalípticos (contrarios a la cultura de masas) e integrados (defensores de la misma), sino de ajustar algunas consecuencias en el uso indiscriminado y voraz de estos receptores. El mundo posmoderno exige principalmente "estar enchufados" y, paradójicamente, sin cables, porque lo conectado ya no es el aparato, sino la persona ligada a sistemas inalámbricos que copan la atención e interés.

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Bibliographic Details
Main Author: Rodríguez, Juan Manuel
Format: article biblioteca
Language:spa
Published: Quito, Ecuador : CIESPAL 2018-04-26T21:42:53Z
Subjects:FENÓMENO MASIVO, GRECIA ANTIGÜA, MUNDO POSTMODERNO, "CIBERNÁNTROPOS", MEMORIA HUMANA- CIRCUITO INTEGRADO, "YO-CHIP", "DECONSTRUCCIÓN", ANTROPÓLOGO-SOCIÓLOGO,
Online Access:http://hdl.handle.net/10469/13466
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