Que cien años no es nada

El 28 de diciembre de 1895, con la primera proyección pública de películas de los hermanos Lumiére, en el Grand Café, boulevard de Capucines, en París, nacía el cinematógrafo. O sea que, contemporáneo del avión y del automóvil, aparece afines del siglo en que triunfa y se afirma la burguesía como clase en el poder. Los propios inventores del aparato cinematográfico jamás sonaron que su "máquina de moler" imágenes tendría un porvenir industrial, menos aún artístico, y los parisienses que ese día vieron, como una curiosidad técnica y gracias a la 'fotografía en movimiento", la salida de la fábrica, la entrada del tren en la estación, una partida de naipes... estaban muy lejos de imaginar que esa era la versión moderna de la caverna de Platón, en cuya pared se reflejaba lo que sucedía a la entrada (después sería como un templo: un lugar a donde la multitud concurre a una hora fija, se apagan las luces y se hace silencio -excepto en Ecuador-para la celebración del rito).

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Bibliographic Details
Main Author: Adoum, Jorge Enrique
Format: article biblioteca
Language:spa
Published: Quito, Ecuador : CIESPAL 2018-02-01T14:41:30Z
Subjects:ARTE, ESPECTÁCULO, INDUSTRIA, SUEÑOS, DOCUMENTOS, FABRICA, LUMIÈRE, PELÍCULAS,
Online Access:http://hdl.handle.net/10469/13109
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