Breve historia de la labranza de conservación
Señala que la producción de cultivos sin labranza tiene unos 7000 años, o sea, es tan antigua como la agricultura. Ofrece una breve reseña histórica sobre la anterior aseveración, destancando en este contexto las formas de labranza cero en diferentes culturas, como la Maya por ejemplo, hasta llegar a la utilización de algún tipo de herramienta de apoyo y finalmente la utilización del arado moderno de vertedera. Destaca que desde su invención (patentado en 1796 y producido a partir de 1830 en los EEUU), tanto sus fabricantes como los agricultores y profesionales de la agricultura han justificado la preparación del suelo con base en una serie de razones no del todo comprobadas científicamente. Es así como nace la labranza convencional. Por otra parte la labranza cero con bases científicas, como alternativa a este tipo de labranza, nació en la década de 1940 con el descubrimiento del 2,4-D y otros herbicidas hormonales, que permitieron a los agricultores controlar malezas de hoja ancha sin recurrir a cultivadoras o al azadón. A estos compuestos del ácido fenoxiacético se sumaron otros herbicidas como las triazinas, de efecto residual, las que en la década de los años 1950-60 revolucionaron la producción de maíz. Pocos años después, la síntesis de herbicidas desecantes como el paraquat, ampliaron la base química de la agricultura de labranza reducida y labranza cero de conservación. (ACH)
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Format: | Texto biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Quito (Ecuador)
1989
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