Ecos de temas literarios medievales en un cuento de Fernando Sorrentino

Quienes nos interesamos por el estudio de la Edad Media europea no dejamos de sorprendernos de que en muchas esferas de nuestra cultura contemporánea se produzca el mismo fenómeno que Ernst Robert Curtius señala en Literatura Europea y Edad Media Latina: “Cuando los Estados Unidos adquirieron conciencia de sí mismos, se afanaron por hacer suya la herencia cultural de Europa. (…) El espíritu norteamericano podía remontarse al puritanismo o a William Penn, pero carecía de aquello que precedió a ambos: carecía de Edad Media. Se encontraba en la situación de un hombre que no ha llegado a conocer a su madre. La conquista de la Edad Media por los norteamericanos tiene algo de ese encanto novelesco y de esa honda necesidad sentimental que suponemos en un hombre que sale en busca de su madre.” (Curtius, 811-812) En general, en el ámbito de los países neohispánicos se denuesta el pasado en aras de la independencia cultural. En cambio, en la cultura de los pueblos anglosajones la búsqueda de las propias raíces conduce a la Edad Media. Y es que, si en nuestros países se comprendiera correctamente qué significa buscar la propia identidad, esta búsqueda acabaría por conducirnos inevitablemente, también a nosotros, a la Edad Media...