Estructuras y leyes de los hechos causales : primera parte

Resumen: Los hechos de causalidad poseen una estructura dinámico-ontológica, que se halla como regida por múltiples leyes o constantes; que serían también como «principios» regulativos de tales hechos causales en sus diversas formas de presentarse en el mundo real. Decimos «leyes» en el sentido de condiciones o exigencias constantes, que vemos o advertimos en los hechos causales. Y los llamamos «leyes» para distinguirlas del llamado «principio de causalidad», que no es un regulador de los hechos causales, sino de nuestro conocimiento de tales hechos. Tienen, pues, su base en la misma observación empírica de los hechos causales y la posterior reflexión ontológica y científica. Dejamos aparte, por ahora, el famoso «principio de causalidad», que regula más bien nuestro conocimiento de la causalidad, no los hechos causales mismos.

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Bibliographic Details
Main Author: Burgoa, Lorenzo Vicente
Format: Artículo biblioteca
Language:spa
Published: Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras 2015
Subjects:CAUSALIDAD, LEYES, FILOSOFIA, Aristóteles, 384-322 a.C., Tomás de Aquino, Santo, 1225?-1274,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/4656
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Description
Summary:Resumen: Los hechos de causalidad poseen una estructura dinámico-ontológica, que se halla como regida por múltiples leyes o constantes; que serían también como «principios» regulativos de tales hechos causales en sus diversas formas de presentarse en el mundo real. Decimos «leyes» en el sentido de condiciones o exigencias constantes, que vemos o advertimos en los hechos causales. Y los llamamos «leyes» para distinguirlas del llamado «principio de causalidad», que no es un regulador de los hechos causales, sino de nuestro conocimiento de tales hechos. Tienen, pues, su base en la misma observación empírica de los hechos causales y la posterior reflexión ontológica y científica. Dejamos aparte, por ahora, el famoso «principio de causalidad», que regula más bien nuestro conocimiento de la causalidad, no los hechos causales mismos.