Los miedos medievales (Castilla, Siglo XV)
El miedo sin duda, una respuesta del instinto de conservación ante el peligro- es uno de los sentimientos que influyen marcadamente en las actitudes y acciones individuales y colectivas, en las reacciones del hombre y del grupo frente a las circunstancias. La Edad Media estuvo poblada de temores; el mundo mágico de la leyenda, vivo todavía en los viejos cuentos infantiles, lo revela a través de sus lobos crueles y parlantes, de sus dragones y sus ogros, sus gnomos y sus brujas. Esos temores encontraban terreno apto para crecer en las circunstancias de la vida diaria; por la falta de defensa ante las fuerzas de la naturaleza, más temibles a causa de la ignorancia de la realidad de los fenómenos naturales -la calda de un meteorito dejaba a los hombres "muy espantados"1- y por la costumbre de transformarlos en símbolos y predicciones; a lo que se agrega la indefensión, intensificada en tiempos críticos, de unos hombres frente a otros, por guerras por disturbios, en el frente de batalla lo mismo que en despoblado, en el ámbito de por si temeroso del bosque o en los caminos, o en el menos expuesto -de ninguna manera seguro- de la ciudad; y dentro de la ciudad, la villa o la aldea, en el del hogar, de donde no estuvo excluida la violencia, y, por lo tanto, el miedo…
Main Author: | |
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Format: | Artículo biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Historia de España
1991
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Subjects: | HISTORIA DE ESPAÑA, EDAD MEDIA, MIEDO, VIOLENCIA, VIOLENCIA FAMILIAR, MUERTE, DELINCUENCIA, GUERRA, |
Online Access: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/16784 |
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Summary: | El miedo sin duda, una respuesta del instinto de conservación ante el peligro- es uno de los sentimientos que influyen marcadamente en las actitudes y acciones individuales y colectivas, en las reacciones del hombre y del grupo frente a las circunstancias. La Edad Media estuvo poblada de temores; el mundo mágico de la leyenda, vivo todavía en los viejos cuentos infantiles, lo revela a través de sus lobos crueles y parlantes, de sus dragones y sus ogros, sus gnomos y sus brujas.
Esos temores encontraban terreno apto para crecer en las circunstancias de la vida diaria; por la falta de defensa ante las fuerzas de la naturaleza, más temibles a causa de la ignorancia de la realidad de los fenómenos naturales -la calda de un meteorito dejaba a los hombres "muy espantados"1- y por la costumbre de transformarlos en símbolos y predicciones; a lo que se agrega la indefensión, intensificada en tiempos críticos, de unos hombres frente a otros, por guerras por disturbios, en el frente de batalla lo mismo que en despoblado, en el ámbito de por si temeroso del bosque o en los caminos, o en el menos expuesto -de ninguna manera seguro- de la ciudad; y dentro de la ciudad, la villa o la aldea, en el del hogar, de donde no estuvo excluida la violencia, y, por lo tanto, el miedo… |
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