Ser y no ser en el Sofista de Platón
Resumen: Antes de entrar decididamente en el terreno metafísico para abordar la noción clave del no ser, que constituye el eje del diálogo, Platón trata de definir al sofista, recurriendo al pescador de caña para advertir la similitud que existe entre ambos. Tanto el sofista como el pescador se dedican a la caza; pero el primero es un cazador de jóvenes ricos y un mercader del conocimiento, pero un comerciante al por menor de los conocimientos que él mismo produce. Al mismo tiempo, discute incansablemente las ideas, tratando incluso de purificar las almas que se presumen de sabias, a fin de que puedan liberarse de sus errores y conocer las cosas tal como realmente son. Platón caracteriza todavía al sofista como un contradictor de ideas y asimismo como un mago y un ilusionista, fabricante de imágenes engañosas, que, entre otras cosas, podrían inducirnos a pensar que «existe lo que no es, pues, de otro modo, lo falso no podría llegar a ser». Indudablemente, «lo que no es»" (...) debe gozar de una cierta realidad, pues si no la tuviera no podría explicarse, ni justificarse lo falso (...), lo cual remite, de alguna manera, a lo que no es. Pero semejante afirmación implica contradecir palmariamente a Parménides, quien negaba rotundamente que «sean las cosas que no son» (...), con lo cual Platón incoa aquí su presunto y temible parricidio del filósofo de Elea. Pero acaso, inquiere Platón, «¿nos atrevemos a pronunciar lo que no es en modo alguno?» (...). ¿A qué podemos aplicar la expresión «lo que es»? Ella no conviene, desde luego, a las cosas que son.
Main Author: | |
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Format: | Artículo biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Filosofía y Letras
1996
|
Subjects: | METAFISICA, SER, SOFISTAS, Platón, 427-347 a. C., |
Online Access: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/12835 |
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Summary: | Resumen: Antes de entrar decididamente en el terreno metafísico para abordar la noción
clave del no ser, que constituye el eje del diálogo, Platón trata de definir al sofista,
recurriendo al pescador de caña para advertir la similitud que existe entre ambos.
Tanto el sofista como el pescador se dedican a la caza; pero el primero es un cazador
de jóvenes ricos y un mercader del conocimiento, pero un comerciante al por menor
de los conocimientos que él mismo produce. Al mismo tiempo, discute incansablemente
las ideas, tratando incluso de purificar las almas que se presumen de sabias, a
fin de que puedan liberarse de sus errores y conocer las cosas tal como realmente
son.
Platón caracteriza todavía al sofista como un contradictor de ideas y asimismo
como un mago y un ilusionista, fabricante de imágenes engañosas, que, entre otras
cosas, podrían inducirnos a pensar que «existe lo que no es, pues, de otro modo, lo
falso no podría llegar a ser». Indudablemente, «lo que no es»" (...) debe gozar
de una cierta realidad, pues si no la tuviera no podría explicarse, ni justificarse lo falso
(...), lo cual remite, de alguna manera, a lo que no es. Pero semejante afirmación
implica contradecir palmariamente a Parménides, quien negaba rotundamente
que «sean las cosas que no son» (...), con lo cual Platón incoa aquí su
presunto y temible parricidio del filósofo de Elea. Pero acaso, inquiere Platón, «¿nos
atrevemos a pronunciar lo que no es en modo alguno?» (...). ¿A qué
podemos aplicar la expresión «lo que es»? Ella no conviene, desde luego, a las cosas
que son. |
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