La Sociedad Multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros. de Giovanni Sartori Madrid, 2001, Taurus, 140 págs.
Ciertamente, la problemática que consigo han traído los fuertes flujos inmigratorios vistos en Europa en los últimos años ha despertado una relevante e intensa polémica en aquellas sociedades. Y el ambiente académico no se podía mantener aislado de tal contexto. Así, con su último libro, el notorio politólogo italiano Giovanni Sartori levanta el guante en un breve ensayo. Pero lo más sorprendente no es ver a Sartori poner la lupa del análisis en un tema neurálgico en las sociedades actuales como es la inmigración, sino ver que un hombre de tales credenciales democrático liberales ataque con la ferocidad que él lo hace la idea de multiculturalismo, cuando las modas aconsejarían (al menos) condescendencia sin prestar atención a consecuencia alguna. Sin embargo, este ataque desde ningún punto de vista significa cuestionamiento o flaqueza alguna en el ideario democrático, desde el momento en que, con saludable agudeza, contrapone la tolerancia y el pluralismo al multiculturalismo. Cualquiera podría preguntarse: Pero, ¿desde cuándo estos conceptos son contradictorios en sí mismos? Y la pregunta no es banal, ya que la asociación del concepto de multiculturalísmo con el de democracia se ha arraigado de tal manera que pareciera encontrarse muy próximo lo uno de lo otro. Por una parte, el pluralismo sostiene que la diversidad y el disenso son valores que enriquecen al individuo y también a su ciudad política. Así, la noción de pluralismo vino a revertir la vieja idea que predica que la diversidad es la causa de la discordia y los desórdenes, mientras la unanimidad es la raíz de la fortaleza de los Estados. Esta idea, que se remonta a las antiguas polis griegas, se volvió cada vez más sospechosa y, ya en la modernidad, surgió en la escena un sistema político de concordia discors, de consenso enriquecido y alimentado por el disenso, por la discrepancia. Pero cuando el pluralismo como concepto ingresa en el léxico político del siglo veinte, se confunde con lo que es sencillamente plural, desconociendo los antecedentes del término…
Main Author: | |
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Format: | Reseña libro biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
2001
|
Subjects: | MULTICULTURALISMO, INMIGRANTES, TOLERANCIA, RESEÑAS, |
Online Access: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10074 |
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Summary: | Ciertamente, la problemática que consigo han traído los fuertes
flujos inmigratorios vistos en Europa en los últimos años ha
despertado una relevante e intensa polémica en aquellas sociedades.
Y el ambiente académico no se podía mantener aislado
de tal contexto. Así, con su último libro, el notorio politólogo
italiano Giovanni Sartori levanta el guante en un breve ensayo.
Pero lo más sorprendente no es ver a Sartori poner la lupa
del análisis en un tema neurálgico en las sociedades actuales
como es la inmigración, sino ver que un hombre de tales credenciales
democrático liberales ataque con la ferocidad que él
lo hace la idea de multiculturalismo, cuando las modas aconsejarían
(al menos) condescendencia sin prestar atención a
consecuencia alguna. Sin embargo, este ataque desde ningún
punto de vista significa cuestionamiento o flaqueza alguna en
el ideario democrático, desde el momento en que, con saludable
agudeza, contrapone la tolerancia y el pluralismo al multiculturalismo. Cualquiera podría preguntarse: Pero, ¿desde cuándo estos
conceptos son contradictorios en sí mismos? Y la pregunta no es
banal, ya que la asociación del concepto de multiculturalísmo con
el de democracia se ha arraigado de tal manera que pareciera encontrarse
muy próximo lo uno de lo otro. Por una parte, el pluralismo
sostiene que la diversidad y el disenso son valores que
enriquecen al individuo y también a su ciudad política. Así, la
noción de pluralismo vino a revertir la vieja idea que predica que
la diversidad es la causa de la discordia y los desórdenes, mientras
la unanimidad es la raíz de la fortaleza de los Estados. Esta
idea, que se remonta a las antiguas polis griegas, se volvió cada
vez más sospechosa y, ya en la modernidad, surgió en la escena
un sistema político de concordia discors, de consenso enriquecido
y alimentado por el disenso, por la discrepancia. Pero cuando
el pluralismo como concepto ingresa en el léxico político del siglo
veinte, se confunde con lo que es sencillamente plural, desconociendo
los antecedentes del término… |
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