LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL NORTE DE CHILE Y EL ESTADO

Resumen: El artículo propone una síntesis de la relación histórica moderna de los pueblos originarios del norte del país con el Estado chileno, destacando su particularidad por relación con otros grupos indígenas. Esa especificidad proviene de la preeminencia, desde finales del siglo XIX, de las definiciones nacionales de pertenencia de los grupos sociales existentes en esta extensa región anexada por Chile y, en consecuencia, de políticas estatales y prácticas de relación según esos términos. Esto es, según la condición de nacionales y extranjeros. Los procesos de asimilación de los extranjeros (en realidad, nativos de la zona), llamados de “chilenización”, se realizaron con arreglo a ese principio de adscripción. La adjetivación de “indio” se aplicó a segmentos de personas peruanas y bolivianas de la región andina, expresando con ello no diferencias étnicas sino la carencia de civilización y progreso de los integrantes de esas nacionalidades. Se presenta una periodificación histórica que atiende a transformaciones en las relaciones entre Estado y pueblos originarios. Primero, la integración de poblaciones extranjeras en los márgenes geográficos regionales (1879-1961); luego, un periodo marcado por acciones de integración, desarrollo, un mayor interés geopolítico por las fronteras andinas e incipiente percepción de las diferencias culturales de su población (1961-1993); finalmente, uno de reconocimiento étnico a partir de la promulgación de la Ley N° 19.253 en 1993, que identifica una etnia aymara, otra atacameña, una quechua y, más tarde, otra coya y diaguita.

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Bibliographic Details
Main Author: Gundermann Kröll,Hans
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Universidad de Tarapacá. Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas 2018
Online Access:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0719-26812018000100093
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Summary:Resumen: El artículo propone una síntesis de la relación histórica moderna de los pueblos originarios del norte del país con el Estado chileno, destacando su particularidad por relación con otros grupos indígenas. Esa especificidad proviene de la preeminencia, desde finales del siglo XIX, de las definiciones nacionales de pertenencia de los grupos sociales existentes en esta extensa región anexada por Chile y, en consecuencia, de políticas estatales y prácticas de relación según esos términos. Esto es, según la condición de nacionales y extranjeros. Los procesos de asimilación de los extranjeros (en realidad, nativos de la zona), llamados de “chilenización”, se realizaron con arreglo a ese principio de adscripción. La adjetivación de “indio” se aplicó a segmentos de personas peruanas y bolivianas de la región andina, expresando con ello no diferencias étnicas sino la carencia de civilización y progreso de los integrantes de esas nacionalidades. Se presenta una periodificación histórica que atiende a transformaciones en las relaciones entre Estado y pueblos originarios. Primero, la integración de poblaciones extranjeras en los márgenes geográficos regionales (1879-1961); luego, un periodo marcado por acciones de integración, desarrollo, un mayor interés geopolítico por las fronteras andinas e incipiente percepción de las diferencias culturales de su población (1961-1993); finalmente, uno de reconocimiento étnico a partir de la promulgación de la Ley N° 19.253 en 1993, que identifica una etnia aymara, otra atacameña, una quechua y, más tarde, otra coya y diaguita.