Redes sociales y ciberacoso en los trastornos de la conducta alimentaria

Resumen Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son una patología multifactorial. En su inicio están implicadas múltiples variables a las que se les suma hoy en día un posible potenciador: la difusión y promoción de la cultura de la delgadez y la apología de los TCA a través de las redes sociales (RR. SS.) usadas por los más jóvenes. A través de las herramientas de feedback de las redes (likes, comments, visitas, retweets, etc.) y los elementos de comparación entre iguales de las RR. SS. más visuales, muchos usuarios llegan a desarrollar conductas de riesgo que a su vez retroalimentan a otros. Por otra parte, se crea la sensación de pertenencia a un grupo o tribu a través de comunidades cuyos miembros se sienten apoyados y donde se comparten de forma afectiva dietas muy restrictivas, así como formas de ocultarlas y otras conductas a quienes no pertenecen al grupo; ambos elementos dificultan la intervención por parte de los profesionales y la familia. Debido al uso extensivo de las RR. SS., a la rápida difusión de todo aquello que se publica y al escaso control que hay sobre el contenido que se comparte, resulta prácticamente imposible controlar los sitios donde se hace apología y se promueven las conductas que contribuyen al desarrollo o mantenimiento de los TCA. El ciberacoso o intimidación por medio de tecnologías digitales utiliza con frecuencia críticas sobre la imagen corporal que dañan la autoestima de los más vulnerables, y es un factor cada vez más presente en los jóvenes que han padecido un TCA. Se considera que la clave de la prevención reside en la alfabetización mediática del uso de las RR. SS., así como la supervisión parental de los más jóvenes. Las personas en riesgo o ya diagnosticadas de TCA encuentran en estas redes el apoyo social que buscan, pero sesgado hacia las conductas de riesgo, cuando sería posible explotarlas en beneficio de la promoción de hábitos saludables y para la recuperación de estos trastornos.

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Bibliographic Details
Main Authors: Díaz-Plaza,Marta de Diego, Novalbos-Ruiz,José Pedro, Rodríguez-Martín,Amelia, Santi-Cano,María José, Belmonte-Cortés,Susana
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Grupo Arán 2022
Online Access:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112022000500010
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Summary:Resumen Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son una patología multifactorial. En su inicio están implicadas múltiples variables a las que se les suma hoy en día un posible potenciador: la difusión y promoción de la cultura de la delgadez y la apología de los TCA a través de las redes sociales (RR. SS.) usadas por los más jóvenes. A través de las herramientas de feedback de las redes (likes, comments, visitas, retweets, etc.) y los elementos de comparación entre iguales de las RR. SS. más visuales, muchos usuarios llegan a desarrollar conductas de riesgo que a su vez retroalimentan a otros. Por otra parte, se crea la sensación de pertenencia a un grupo o tribu a través de comunidades cuyos miembros se sienten apoyados y donde se comparten de forma afectiva dietas muy restrictivas, así como formas de ocultarlas y otras conductas a quienes no pertenecen al grupo; ambos elementos dificultan la intervención por parte de los profesionales y la familia. Debido al uso extensivo de las RR. SS., a la rápida difusión de todo aquello que se publica y al escaso control que hay sobre el contenido que se comparte, resulta prácticamente imposible controlar los sitios donde se hace apología y se promueven las conductas que contribuyen al desarrollo o mantenimiento de los TCA. El ciberacoso o intimidación por medio de tecnologías digitales utiliza con frecuencia críticas sobre la imagen corporal que dañan la autoestima de los más vulnerables, y es un factor cada vez más presente en los jóvenes que han padecido un TCA. Se considera que la clave de la prevención reside en la alfabetización mediática del uso de las RR. SS., así como la supervisión parental de los más jóvenes. Las personas en riesgo o ya diagnosticadas de TCA encuentran en estas redes el apoyo social que buscan, pero sesgado hacia las conductas de riesgo, cuando sería posible explotarlas en beneficio de la promoción de hábitos saludables y para la recuperación de estos trastornos.