Diseño estratégico para establecer una microplanta de procesamiento de cacao en la zona caribe de Costa Rica.

De acuerdo con los registros históricos en Costa Rica, la siembra y producción de cacao remonta desde la época colonial. Alrededor del siglo XVII el cultivo se constituyó como uno de los principales productos de exportación del país, no obstante, con el paso de los años su importancia en la exportación decayó considerablemente. Históricamente las zonas productoras de cacao en Costa Rica han sido; Caribe, Norte y Brunca, las cuales contaban con considerables extensiones de cacao, donde su producción se orientaba, su mayor parte a la exportación para mercados en países Europeos y Estados Unidos. Desafortunadamente, para finales de la década de 1970, la incidencia del hongo Monilia (Moniliophthora roreri) afectó considerablemente las plantaciones de cacao, sumado esto, los bajos precios en el mercado, así como, la ausencia de material genético de alta productividad y resistente a ésta enfermedad, incidió en que muchos productores se pasaran a otros cultivos no tradicionales en las zonas señaladas, lo cual, disminuyó la extensión en hectáreas, generando así una merma considerable en la cantidad producida. De acuerdo, a lo investigado en este proyecto, la actividad cacaotera en Costa Rica presenta un potencial importante para fomentar el desarrollo de negocios inclusivos y estrategias de producción sostenibles, en términos sociales, económicos y ambientales; esto ha sido el enfoque principal de este proyecto. Esto fue posible, entre otras cosas, porque el cacao, como se logró demostrar, es un cultivo viable bajo esquemas agroforestales, posee un arraigo cultural e histórico en las zonas estudiadas, representa una forma de vida para un número importante de familias agricultoras, y a la vez, genera las posibilidades de crear iniciativas emprendedoras de pequeña escala con vinculación a mercados de alto valor, nacionales e internacionales, en los cuales, el cacao está considerado como “fino o de aroma”, lo que representa una ventana de oportunidades para el acceso a nichos diferenciados. Con base a lo anterior se estableció un diseño estratégico que asegure que el pequeño agricultor participe con mayores beneficios en la cadena de valor de la actividad cacaotera y promueva un apoyo y mayor desarrollo del mismo a mediano y largo plazo.