Política nacional de biotecnología.

La biotecnología1 ha evolucionado con el progreso de los conocimientos científicos hasta lo que hoy conocemos como biotecnología moderna, que utiliza técnicas de biología molecular, ingeniería genética y bioinformática. Hoy, la biotecnología es un conjunto de aplicaciones de conocimientos procedentes de distintas áreas de las ciencias y las ingenierías. Es una tecnología transversal, que tiene aplicaciones en distintos sectores de la economía. La investigación científica de los últimos años ha generado una revolución notable en los conocimientos que tenemos sobre los seres vivos y el funcionamiento de los procesos a nivel molecular que intervienen en el fenómeno de la vida. En estos últimos cincuenta años se ha avanzado desde el descubrimiento de la estructura de la doble hélice del ADN hasta el desciframiento del genoma humano. Es así como los actuales conocimientos y técnicas nos hacen predecir que en los próximos decenios seguirá aumentando el ritmo vertiginoso de los avances de la biología y, por lo tanto, de la biotecnología. La transgenia es sólo uno de los logros de la biotecnología moderna. Es un método que permite introducir material genético de un organismo en otro para modificar microorganismos o conseguir mejoras genéticas en plantas y animales, imposibles de alcanzar con las técnicas tradicionales. Este logro da paso a las aplicaciones biotecnológicas en cultivos como la soya y el maíz genéticamente modificados, que han sido adoptados progresivamente por los agricultores en varios países. Además, ha generado aplicaciones médicas e industriales mediante el empleo de microorganismos transgénicos capaces de elaborar una serie de productos farmacéuticos de uso también masivo, tales como la insulina o el cuajo para la producción de quesos. Sin embargo, la biotecnología moderna tiene un alcance mucho más amplio que la transgenia e incluye otras aplicaciones de la ingeniería genética, tales como la activación y el silenciamiento de genes, y el uso de marcadores genéticos, los que permiten obtener resultados más rápidos que en el mejoramiento genético tradicional de plantas y animales. Otras áreas de la biotecnología son la genómica y la proteómica, que estudian la estructura y funcionamiento de los genes y proteínas, el cultivo de células y tejidos con aplicaciones en medicina y agricultura, la ingeniería de proteínas y la enzimología, con aplicaciones en diversos campos de la actividad humana. El uso de herramientas biotecnológicas abre un mundo de oportunidades a la economía de nuestro país, especialmente en los sectores productivos basados en recursos naturales. En la actualidad, tres cuartas partes de las exportaciones están constituidas por recursos naturales o sus derivados directos. Mantener y aumentar su competitividad en un contexto de crecientes exigencias de los mercados mundiales en cuanto a calidad y sustentabilidad ambiental, impone esfuerzos e inversiones cada vez más intensivas en ciencia y tecnología. La biotecnología no sólo permite agregar valor o elevar la eficiencia de procesos productivos, sino también facilita la producción limpia o ambientalmente sustentable y, a diferencia de otras tecnologías que se difunden por el mundo en forma relativamente homogénea e indiferenciada, permite atender problemas locales de carácter productivo o ambiental que no serán abordados en otros lugares del planeta. El uso responsable de la biotecnología moderna requiere de una gestión adecuada de los riesgos sanitarios y ambientales, para lo cual resulta indispensable tener instituciones públicas y regulaciones apropiadas en salud, agricultura, acuicultura y medio ambiente, que cuenten con la confianza de la ciudadanía. Chile posee estas capacidades. Esto asegura que, partiendo de un marco regulatorio adecuado para la biotecnología y el fortalecimiento de nuestras capacidades nacionales, el país podrá realizar un aprendizaje rápido y una implementación efectiva de la bioseguridad. Nuestro país dispone, además, de una sólida comunidad de científicos e innovadores que pueden utilizar la biotecnología como herramienta de progreso económico, social y cultural, de una gran dotación de recursos naturales a partir de los cuales generar valor económico, preservando e intensificando la belleza y la variedad de nuestro entorno natural. Adicionalmente, su relativo aislamiento geográfico lo resguarda de muchos problemas sanitarios presentes en otros lugares del mundo. Finalmente, Chile es un actor que tiene prestigio en el concierto internacional, lo que le permite disponer de oportunidades de intercambio y de cooperación con muchas naciones con las cuales comparte visiones y objetivos. La opción por la biotecnología como instrumento eficaz para mejorar el desarrollo competitivo de Chile requiere de la voluntad concertada de un conjunto de actores de la vida nacional, así como de una decidida acción del Estado en su promoción y regulación. El Estado debe desarrollar un activo rol de fomento en investigación y desarrollo, apoyo a la transferencia tecnológica y formación de personas con las capacidades técnicas y empresariales adecuadas para este propósito, lo que exige coordinar la acción de diversas instituciones públicas y ajustar instrumentos de fomento e incentivos. Además, debe contar con un marco normativo coherente y transparente, con fundamento ético y científico, sobre el cual basar el tratamiento de materias tales como el resguardo de la inocuidad de los alimentos transgénicos, la prevención de los eventuales efectos sobre el medio ambiente de los cultivos genéticamente modificados, la bioseguridad de la investigación, la información al público y la regulación de la propiedad intelectual en estos ámbitos. Considerando que la biotecnología abre un nuevo mundo de oportunidades para la economía de nuestro país, especialmente para los sectores minero, agropecuario, silvícola y acuícola, resulta evidente la necesidad estratégica de que Chile tenga una política pública para el desarrollo de la biotecnología, que establezca un conjunto de acciones prioritarias y de gran impacto en el corto y el mediano plazos, las que permitirán el despegue de la biotecnología como herramienta de desarrollo productivo y social para nuestra nación. Por ello, en julio del año 2002, por mandato del Presidente de la República, se creó la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Biotecnología, que tuvo como propósito central elaborar una propuesta de política para el desarrollo de la biotecnología en el país, la que estuvo conformada por científicos, parlamentarios, dirigentes empresariales y autoridades de Gobierno. El informe final fue entregado al Presidente en junio de 2003 y contiene un completo diagnóstico y una propuesta de política, sobre cuya base el Gobierno realizó consultas con parlamentarios y expertos para afinar las recomendaciones de la Comisión y, posteriormente, decidió impulsar una Política Nacional en Biotecnología, cuyas principales características se presentan a continuación. En el contexto señalado, la política biotecnológica tiene como propósito impulsar el desarrollo y la aplicación de la biotecnología en Chile, especialmente en los sectores productivos basados en recursos naturales, con el fin de incrementar el bienestar y la calidad de vida de todos los chilenos y de contribuir a la generación de riqueza en el país, velando por la protección de la salud y la sustentabilidad ambiental. Para el bienio 2004-2005, el propósito es asegurar el despegue de un esfuerzo estratégico, orientado a que en el mediano plazo el país logre un liderazgo en algunos nichos de la biotecnología y cuente con un sólido sistema de innovación que vincule estrechamente a empresas con universidades. Los objetivos específicos de la política biotecnológica son cuatro: fortalecer el desarrollo de la industria biotecnológica nacional y promover la incorporación de procesos biotec nológicos en los diferentes sectores productivos, especialmente los productores de recursos naturales, generando para ello los mecanismos de apoyo público necesarios. generar y fortalecer las capacidades científicas, tecnológicas, de gestión y de infraestructura, así como la formación de recursos humanos, para abordar eficazmente los problemas y oportunidades que presenta el desarrollo biotecnológico del país. éste debe garantizar un desarrollo seguro, sustentable y responsable de la biotecnología en nuestro país, acorde con el necesario resguardo de los derechos a la salud, a la seguridad y a la dignidad de las personas y a la protección del medio ambiente, como también de la libertad de emprender y de desarrollar actividades productivas y comerciales, con el debido respeto a los compromisos internacionales adquiridos por el país. diseñar y poner en funcionamiento un marco institucional que asegure la coordinación entre instituciones reguladoras de la biotecnología, y abrir espacios de participación e información públicas que permitan la expresión ciudadana informada. Los objetivos antes indicados se traducen en lineamientos y acciones específicas. La biotecnología requiere del despliegue de un nuevo marco regulatorio, convergente con las tendencias mundiales y flexible a nuevos desarrollos científicos. Por ello, resulta de gran importancia contar con una Ley Marco de Biotecnología, debatida democráticamente en el Parlamento, para cuyos efectos el Gobierno presentará un proyecto de ley al Congreso Nacional en los próximos meses. 1 El Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (1992) define biotecnología como "toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos, para usos específicos".

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Bibliographic Details
Other Authors: Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Format: Artículos biblioteca
Language:Español
Published: 2004-07
Subjects:BIOTECNOLOGIA,
Online Access:https://hdl.handle.net/20.500.12650/3407
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