La videopropaganda llega al Internet

En los últimos años, los expertos en comunicación política vienen ocupándose de las expectativas que los posibles efectos de las nuevas tecnologías de la comunicación pueden tener en la política contemporánea. Ha prosperado una serie de términos como "teledemocracia", "democracia electrónica" "política virtual", "netdemocracia", o "ciberdemocracia", que destacan la transformación que Internet puede provocar en la relación entre los gobernantes y los gobernados, entre los políticos y la ciudadanía. La solidez o intrascendencia de esa transformación divide, sin embargo, los dictámenes de ese amplio conjunto de analistas. Así, frente a las tesis más esperanzadas y optimistas de realización definitiva de una democracia participativa y deliberativa integral, aparece una visión más escéptica, según la cual, el sistema dominante de una democracia, institucionalmente delegada y elitista, sería capaz de reabsorber, para su propia conservación, las nuevas vías de comunicación sociopolítica que la interactividad y pluralidad cibernéticas apuntan.

Saved in:
Bibliographic Details
Main Author: Paniagua Rojano, Francisco Javier
Format: article biblioteca
Language:spa
Published: Quito, Ecuador : CIESPAL 2018-05-11T20:21:08Z
Subjects:COMUNICACIÓN SOCIOPOLÍTICA, TELEDEMOCRACIA, DEMOCRACIA ELECTRÓNICA, POLÍTICA VIRTUAL, NETDEMOCRACIA-CIBERDEMOCRACIA, POLÍTICOS-CIUDADANÍA, INTERACTIVIDAD, PLURALIDAD CIBERNÉTICAS,
Online Access:http://hdl.handle.net/10469/13545
Tags: Add Tag
No Tags, Be the first to tag this record!
Description
Summary:En los últimos años, los expertos en comunicación política vienen ocupándose de las expectativas que los posibles efectos de las nuevas tecnologías de la comunicación pueden tener en la política contemporánea. Ha prosperado una serie de términos como "teledemocracia", "democracia electrónica" "política virtual", "netdemocracia", o "ciberdemocracia", que destacan la transformación que Internet puede provocar en la relación entre los gobernantes y los gobernados, entre los políticos y la ciudadanía. La solidez o intrascendencia de esa transformación divide, sin embargo, los dictámenes de ese amplio conjunto de analistas. Así, frente a las tesis más esperanzadas y optimistas de realización definitiva de una democracia participativa y deliberativa integral, aparece una visión más escéptica, según la cual, el sistema dominante de una democracia, institucionalmente delegada y elitista, sería capaz de reabsorber, para su propia conservación, las nuevas vías de comunicación sociopolítica que la interactividad y pluralidad cibernéticas apuntan.