Las expectativas sobre la agricultura y el papel de los economistas agrícolas

El documento señala que el papel de la agricultura puede ser fundamental en el desarrollo económico de los países, visto desde tres contextos. Primero el que crean las situaciones internacionales que condicionan lo económico financierio global, el comercio de productos e insumos y la transferencia de tecnología. Segundo, la inserción de la actividad agropecuaria en el conjunto de la vida socioeconómica de un país, y por tanto la influencia que sobre el sector tienen las políticas mecroeconómicas e industriales y su interacción con las políticas de incentivos sectoriales y de la inversión pública en agricultura. Tercero, las relaciones internas al sector, la organización y participación de los protegonistas del desarrollo agrario y el potencial para la modernización, como un medio para el aumento de la producción y el ingreso rural y como un mecanismo de reactivación del resto del sistema económico que interactúa con la agricultura. Seguidamente, en el siguiente y último capítulo se trata el resto y la oportunidad para la participación profesional, el profesional en economía agrícola que puede jugar un papel importante en el sector público, privado en la investigación y en la educación. Concluye con la convicción de que a medida que se valorice el papel de la agricultura en una estrategia nacional de desarrollo económico-social, se aperturarán las posibilidades para que los economistas agrícolas hagan una contribución valiosa en el diseño y ejecución de dicha estrategia. (MIBA)

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Bibliographic Details
Main Authors: Pomareda Benel, Carlos F. 106157, IICA, San José (Costa Rica) 14
Format: Texto biblioteca
Language:spa
Published: San José (Costa Rica) 1987
Subjects:SECTOR AGRARIO, MODERNIZACION, DESARROLLO ECONOMICO, ECONOMISTAS, AGRICULTURA,
Online Access:https://repositorio.iica.int/handle/11324/11598
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Summary:El documento señala que el papel de la agricultura puede ser fundamental en el desarrollo económico de los países, visto desde tres contextos. Primero el que crean las situaciones internacionales que condicionan lo económico financierio global, el comercio de productos e insumos y la transferencia de tecnología. Segundo, la inserción de la actividad agropecuaria en el conjunto de la vida socioeconómica de un país, y por tanto la influencia que sobre el sector tienen las políticas mecroeconómicas e industriales y su interacción con las políticas de incentivos sectoriales y de la inversión pública en agricultura. Tercero, las relaciones internas al sector, la organización y participación de los protegonistas del desarrollo agrario y el potencial para la modernización, como un medio para el aumento de la producción y el ingreso rural y como un mecanismo de reactivación del resto del sistema económico que interactúa con la agricultura. Seguidamente, en el siguiente y último capítulo se trata el resto y la oportunidad para la participación profesional, el profesional en economía agrícola que puede jugar un papel importante en el sector público, privado en la investigación y en la educación. Concluye con la convicción de que a medida que se valorice el papel de la agricultura en una estrategia nacional de desarrollo económico-social, se aperturarán las posibilidades para que los economistas agrícolas hagan una contribución valiosa en el diseño y ejecución de dicha estrategia. (MIBA)