Coyuntura macrosectorial, abril 2006.

Un crecimiento de 6,3% exhibió la economía chilena durante 2005. Todos los sectores productivos, excepto Pesca, contribuyeron al logro de este positivo resultado, siendo Comercio, Industria Manufacturera y Construcción los de mayor incidencia.Marcando un quiebre en la tendencia que venía observándose desde comienzos del siglo XXI, la actividad silvoagropecuaria experimentó una expansión menor que el PIB nacional, anotando un 5,7% de incremento en el valor agregado sectorial. Con ello el sector agrícola se posicionó como el segundo sector más dinámico de la economía chilena en los últimos cinco años, alcanzando una tasa de crecimiento media de 6,2% en el quinquenio. De acuerdo con el Banco Central, en 2005 el comportamiento de la fruticultura es el que explica, en mayor medida, el desempeño de la actividad agropecuaria y silvícola. Ello, a su vez, estuvo determinado principalmente por el significativo aumento de la producción de uva vinífera. El subsector pecuario registró la segunda incidencia más alta, destacando el dinamismo de la producción porcina, seguida por el ganado bovino y, con alguna distancia, por la producción de leche y aves. Las actividades que menos crecieron fueron la silvícola y la agrícola. La primera se vio afectada por la menor producción de madera para celulosa, y la segunda, por una caída en la superficie sembrada de cultivos anuales. El sector Pesca registró una caída anual de 2,0% en su PIB, debido a una contracción de la pesca extractiva, que no logró ser compensada con los incrementos en el resto de las actividades pesqueras. La contracción de la pesca extractiva estuvo determinada por la disminución en la captura de las principales especies pelágicas. Los centros de cultivo y las algas anotaron un interesante crecimiento anual. Consistente con lo anterior, las exportaciones de salmones y truchas tuvieron un significativo crecimiento en el período. En 2004 el sector Pesca había incrementado su PIB en 11,9%, de modo que esta caída en el año recién culminado no logra opacar su favorable evolución, como lo demuestra su crecimiento a una tasa de 5,4% anual en los últimos cinco años.La producción industrial, por su parte, experimentó un incremento de 5,2% en 2005, en relación con el año anterior. La rama de Alimentos, bebidas y tabaco que estuvo entre las que mostraron mayor dinamismo y que más incidieron sobre el positivo resultado del sector, anotó un alza de 7,2% en su PIB. Algo más moderado fue el crecimiento de la industria de Madera y muebles, con una expansión de 6,3% anual. Considerando cifras quinquenales, los crecimientos son de 4,3% y 3,7%, respectivamente.Indicadores de actividadIndicadores de preciosEl favorable desempeño de la actividad agrícola, tanto en su fase primaria como en su posterior procesamiento industrial, habla de un sector dinámico que ha mostrado una notable capacidad para adaptarse a las nuevas realidades y enfrentar los desafíos que impone la globalización. En el contexto de mercados altamente distorsionados para las mercancías del agro, las empresas han sabido navegar en las aguas del comercio agrícola mundial. No en vano un reciente estudio de la Organización para el Comercio y el Desarrollo (OCDE) titulado "Políticas agrarias en los países del OCDE: monitoreo y evolución 2005" advierte que los niveles de protección han cambiado muy poco. Éstos disminuyeron desde un 37% de los ingresos de los agricultores en 1986-1988 a un 30% en 1995-1997 y se han mantenido en ese nivel hasta 2002-2004. El organismo que agrupa a las mayores economías del planeta afirma que las fluctuaciones anuales de los subsidios a los productores reflejan principalmente medidas de política que limitan las transmisiones de los precios internacionales a los mercados internos. En el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se está desarrollando la Ronda de Doha para el Desarrollo, que fue lanzada en noviembre de 2001 y tiene como plazo este año para alcanzar un acuerdo de liberación del comercio mundial de productos agrícolas. Las esperanzas de los países en desarrollo están puestas en lograr mejoras significativas en el acceso a los mercados de países desarrollados, junto con reducciones efectivas en las ayudas domésticas que distorsionan los mercados internacionales y la eliminación de los subsidios a las exportaciones. Volviendo al desempeño de la economía agrícola nacional, en 2005 los indicadores de actividad muestran un comportamiento decididamente positivo. Al crecimiento del PIB agrícola y de la industria asociada se añade el incremento en las ventas y la producción, que se refleja en los índices de ventas y de producción física de la agroindustria, que anotaron aumentos de 4,2% y 3,7%, respectivamente.La fuerza de trabajo agrícola totalizó 800.000 personas en el trimestre octubre - diciembre de 2005, lo que se compara con las 810.000 que trabajaban en la actividad en el mismo trimestre del año anterior. Si bien el empleo en la agricultura experimentó una leve baja, la desocupación sectorial es, con mucho, la más baja de todos los sectores de la economía nacional. En efecto, la tasa de desempleo agrícola se situó por debajo del 3% en el último trimestre del año 2005. Por sobre los US$ 6.000 millones se empinó el saldo en la balanza comercial de productos silvoagropecuarios en 2005, como resultado de exportaciones por US$ 7.947 millones e importaciones por US$ 1.836 millones. Los envíos agrícolas, pecuarios y forestales experimentaron crecimientos de 4,3%, 29,2% y 3,0%, respectivamente. Si bien las exportaciones pecuarias lideran el crecimiento en términos porcentuales, éstas representan sólo el 9,8% del valor de los embarques sectoriales, con US$ 775 millones. Las exportaciones agrícolas son el 51% y acumularon US$ 4.070 millones, y las forestales ascendieron a US$ 3.102 millones, con una participación de 39% en el total de exportaciones silvoagropecuarias.Siguiendo con la trayectoria de los últimos años, los embarques de productos procesados experimentaron un incremento de 7,4%, muy superior al 2,4% de expansión que registraron las exportaciones de productos primarios.Del mismo modo, las importaciones de productos silvoagropecuarios se expandieron a una tasa superior al aumento de las exportaciones en 2005. Las compras de productos pecuarios crecieron cerca de 35%, pero el mayor monto importado corresponde a mercancías agrícolas. Las importaciones de maquinarias e insumos para el sector silvoagropecuario aumentaron 80,3% en el año 2005, impulsadas fuertemente por las adquisiciones de bienes de capital, que anotaron un alza de 200% en 2005, en relación con el año anterior.

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Bibliographic Details
Main Author: Gumucio A., María Amalia
Other Authors: Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Format: Boletines biblioteca
Language:Español
Published: 2006-04-30
Subjects:RONDA DE DOHA, INDICADORES ECONOMICOS, PIB, SUBSIDIOS, POLITICA AGRICOLA, FUERZA DE TRABAJO, DESEMPLEO,
Online Access:https://hdl.handle.net/20.500.12650/69412
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Summary:Un crecimiento de 6,3% exhibió la economía chilena durante 2005. Todos los sectores productivos, excepto Pesca, contribuyeron al logro de este positivo resultado, siendo Comercio, Industria Manufacturera y Construcción los de mayor incidencia.Marcando un quiebre en la tendencia que venía observándose desde comienzos del siglo XXI, la actividad silvoagropecuaria experimentó una expansión menor que el PIB nacional, anotando un 5,7% de incremento en el valor agregado sectorial. Con ello el sector agrícola se posicionó como el segundo sector más dinámico de la economía chilena en los últimos cinco años, alcanzando una tasa de crecimiento media de 6,2% en el quinquenio. De acuerdo con el Banco Central, en 2005 el comportamiento de la fruticultura es el que explica, en mayor medida, el desempeño de la actividad agropecuaria y silvícola. Ello, a su vez, estuvo determinado principalmente por el significativo aumento de la producción de uva vinífera. El subsector pecuario registró la segunda incidencia más alta, destacando el dinamismo de la producción porcina, seguida por el ganado bovino y, con alguna distancia, por la producción de leche y aves. Las actividades que menos crecieron fueron la silvícola y la agrícola. La primera se vio afectada por la menor producción de madera para celulosa, y la segunda, por una caída en la superficie sembrada de cultivos anuales. El sector Pesca registró una caída anual de 2,0% en su PIB, debido a una contracción de la pesca extractiva, que no logró ser compensada con los incrementos en el resto de las actividades pesqueras. La contracción de la pesca extractiva estuvo determinada por la disminución en la captura de las principales especies pelágicas. Los centros de cultivo y las algas anotaron un interesante crecimiento anual. Consistente con lo anterior, las exportaciones de salmones y truchas tuvieron un significativo crecimiento en el período. En 2004 el sector Pesca había incrementado su PIB en 11,9%, de modo que esta caída en el año recién culminado no logra opacar su favorable evolución, como lo demuestra su crecimiento a una tasa de 5,4% anual en los últimos cinco años.La producción industrial, por su parte, experimentó un incremento de 5,2% en 2005, en relación con el año anterior. La rama de Alimentos, bebidas y tabaco que estuvo entre las que mostraron mayor dinamismo y que más incidieron sobre el positivo resultado del sector, anotó un alza de 7,2% en su PIB. Algo más moderado fue el crecimiento de la industria de Madera y muebles, con una expansión de 6,3% anual. Considerando cifras quinquenales, los crecimientos son de 4,3% y 3,7%, respectivamente.Indicadores de actividadIndicadores de preciosEl favorable desempeño de la actividad agrícola, tanto en su fase primaria como en su posterior procesamiento industrial, habla de un sector dinámico que ha mostrado una notable capacidad para adaptarse a las nuevas realidades y enfrentar los desafíos que impone la globalización. En el contexto de mercados altamente distorsionados para las mercancías del agro, las empresas han sabido navegar en las aguas del comercio agrícola mundial. No en vano un reciente estudio de la Organización para el Comercio y el Desarrollo (OCDE) titulado "Políticas agrarias en los países del OCDE: monitoreo y evolución 2005" advierte que los niveles de protección han cambiado muy poco. Éstos disminuyeron desde un 37% de los ingresos de los agricultores en 1986-1988 a un 30% en 1995-1997 y se han mantenido en ese nivel hasta 2002-2004. El organismo que agrupa a las mayores economías del planeta afirma que las fluctuaciones anuales de los subsidios a los productores reflejan principalmente medidas de política que limitan las transmisiones de los precios internacionales a los mercados internos. En el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se está desarrollando la Ronda de Doha para el Desarrollo, que fue lanzada en noviembre de 2001 y tiene como plazo este año para alcanzar un acuerdo de liberación del comercio mundial de productos agrícolas. Las esperanzas de los países en desarrollo están puestas en lograr mejoras significativas en el acceso a los mercados de países desarrollados, junto con reducciones efectivas en las ayudas domésticas que distorsionan los mercados internacionales y la eliminación de los subsidios a las exportaciones. Volviendo al desempeño de la economía agrícola nacional, en 2005 los indicadores de actividad muestran un comportamiento decididamente positivo. Al crecimiento del PIB agrícola y de la industria asociada se añade el incremento en las ventas y la producción, que se refleja en los índices de ventas y de producción física de la agroindustria, que anotaron aumentos de 4,2% y 3,7%, respectivamente.La fuerza de trabajo agrícola totalizó 800.000 personas en el trimestre octubre - diciembre de 2005, lo que se compara con las 810.000 que trabajaban en la actividad en el mismo trimestre del año anterior. Si bien el empleo en la agricultura experimentó una leve baja, la desocupación sectorial es, con mucho, la más baja de todos los sectores de la economía nacional. En efecto, la tasa de desempleo agrícola se situó por debajo del 3% en el último trimestre del año 2005. Por sobre los US$ 6.000 millones se empinó el saldo en la balanza comercial de productos silvoagropecuarios en 2005, como resultado de exportaciones por US$ 7.947 millones e importaciones por US$ 1.836 millones. Los envíos agrícolas, pecuarios y forestales experimentaron crecimientos de 4,3%, 29,2% y 3,0%, respectivamente. Si bien las exportaciones pecuarias lideran el crecimiento en términos porcentuales, éstas representan sólo el 9,8% del valor de los embarques sectoriales, con US$ 775 millones. Las exportaciones agrícolas son el 51% y acumularon US$ 4.070 millones, y las forestales ascendieron a US$ 3.102 millones, con una participación de 39% en el total de exportaciones silvoagropecuarias.Siguiendo con la trayectoria de los últimos años, los embarques de productos procesados experimentaron un incremento de 7,4%, muy superior al 2,4% de expansión que registraron las exportaciones de productos primarios.Del mismo modo, las importaciones de productos silvoagropecuarios se expandieron a una tasa superior al aumento de las exportaciones en 2005. Las compras de productos pecuarios crecieron cerca de 35%, pero el mayor monto importado corresponde a mercancías agrícolas. Las importaciones de maquinarias e insumos para el sector silvoagropecuario aumentaron 80,3% en el año 2005, impulsadas fuertemente por las adquisiciones de bienes de capital, que anotaron un alza de 200% en 2005, en relación con el año anterior.